Otro 20 de Noviembre
Hace casi 70 años
La ONU dejó claro
que el régimen de Franco era fascista equiparándolo a los de
Mussolini y Hitler.
Alabar
la memoria de Franco en España conmemorando su muerte hace cuarenta años, de quien
nos sumió en las tinieblas, enalteciendo su figura y su actuación. ¿Cuántas
calles o plazas llevan el nombre de Benito Mussolini en Italia? ¿Cuántos
monumentos tienen la cara de Hitler en Alemania? ¿Cuántas misas se celebran en
sus nombres? Ninguna. Aquí, en España, necesitamos una Ley de Memoria Histórica
que obligue a retirar símbolos franquistas y que se incumple de manera
sistemática.
Tenemos
un Valle de los Caídos construido por presos políticos en condiciones
infrahumanas y que tiene en el centro del monumento la tumba con flores del
dictador como si hubiera sido una víctima más. Las mismas flores que les
gustaría llevar a todos aquellos familiares y amigos de los que un día salieron
y no volvieron o de los que fueron arrebatados de sus vidas en plena madrugada.
Ahora
resulta que hay que dejar a los muertos en paz. Y a nosotros nadie nos deja en
paz. ¿Cómo no sentir dolor cuando el 3 de diciembre se hará una cena homenaje a
Franco en el Meliá Castilla de cuatro estrellas en Madrid? Y dice el hotel,
como empresa privada que es, que no entran a juzgar el “uso" que den sus
clientes de los espacios que reservan. Aunque el espacio esté reservado por
personas que dicen que Franco liberó a España del comunismo, que la salvó de
entrar en la Segunda Guerra Mundial, que realizó la reconstrucción después de
haber quedado asolada. ¿Y quién la dejó asolada?
Me
pregunto yo. Alguien que se alzó. Fusiló. Encarceló. Reprimió. Que creó una
guía para la buena esposa en la que se recomendaba a las mujeres escuchar a sus
maridos porque lo que ellos tenían que decir era más importante, que prohibió a
esas mismas mujeres trabajar sin el consentimiento de sus maridos, que
proporcionó descargas electro convulsivas a los homosexuales para curarles de
su enfermedad, que aniquiló cualquier posibilidad de disentir y inculcó el
miedo. Vienen hoy a decirnos que 40 años después, Franco vive y que tiene
tantos méritos que deberíamos homenajearle todos los días. Con lo que nos ha
costado recuperarnos. Para ahora algunos interpreten la historia de la manera
más burda posible: aquella en la que se obvia el sufrimiento. Así solo estamos
condenados a repetir el horror. Memoria, hoy más que nunca para no iniciar una
guerra. Memoria contra el odio. Ahora nos dicen que España no fue a la guerra
de Irak. Sabemos lo que pasó hace quince o hace cuarenta años. Sabemos lo que nos
hicieron. Sabemos de nuestra pena. Es nuestra. Y no queremos dos Españas. Pero
tampoco que nos restrieguen la m… en la cara. Respeto por todos aquellos que no
regresaron. No hagamos desaparecer a más. Y no repitamos esta triste historia
de los cuerpos amontonados.
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