Para desestabilizar a la nueva alcaldesa
El PP quiere
utilizar los argumentos de Podemos
Empezamos la semana no hablando de los diferentes ayuntamientos
democráticos, sino de unos tuits.
El
PP rastreó los tuits de Guillermo Zapata y de los demás concejales del cambio,
buscando cadáveres en el armario. No pueden encontrar cuentas en Suiza ni pagos
en B para remodelar sedes ni acuerdos con constructoras. Esperaron a que se
configurara el consistorio para montar un escándalo. Como los malos guardias de
tráfico que se ponen detrás de una curva, y no delante con la intención no de
evitar un accidente, sino de multar.
Abrimos
el lunes no hablando de los nuevos ayuntamientos democráticos, sino de unos
tuits. Tampoco hablamos de que el Presidente del Gobierno, Rajoy, ha llamado a millones
de españoles excéntricos y sectarios por votar gobiernos de cambio. Vamos
mejorando porque antes directamente daban un golpe de estado. La televisión, que
pagamos entre todos, no deja de emitir comentarios sobre este asunto como si se
tratara de una noticia de alcance.
A
pesar de todo es lamentable que el concejal Guillermo Zapata se haya aferrado
al cargo y no haya presentado su renuncia. La política no debe estar sometida a
composturas y generosidades entre sus dirigentes. Si Guillermo Zapata no es merecedor
para ser concejal de Cultura, tampoco lo será para otro cometido. No quiero un
ayuntamiento de mi capital con alguien con el pensamiento escrito de esta
persona en ninguna de sus actividades. Creo que el ayuntamiento quedará viciado
y el problema seguirá sin resolver, provocado la temida inestabilidad y disputa
continúas. Eso, suponiendo que no tenga que renunciar al escaño ante la presión
que es fácil prever. Lo correcto hubiera sido que dimitiera y sustituirlo por
el siguiente de la lista.
De
todas las maneras no hay que olvidar que se inició la caza de brujas, las
piedras llueven por doquier sobre la primera cabeza de turco del nuevo panorama
político, primero fueron Errejón y Monedero, ahora hay que bucear en la vida y
milagros y en los errores de los que se enfrentan a la realidad de la gestión
pública para poner en práctica las prioridades que necesitamos, como entrante
sacar ahora los exabruptos de este concejal, pero no os preocupéis que
continuaran minando todos los rincones allí donde la nueva savia vaya sustituyendo
a los amos de toda la vida. Ahora toca rasgarse las vestiduras y dejar claro
que uno está en el buen lado. Aquí no existen los latigazos contra las peores
meteduras de pata, que tire la primera piedra quien no se haya pasado alguna
vez diciendo barbaridades, lo importante es saber quién eres y como actúas, lo
que piensas y lo que condenas con firmeza.
Los
sentimientos de bondad y de ingenuidad seguramente le han hecho a Manuela
Carmena equivocarse en la resolución del conflicto originado con Guillermo
Zapata al aceptar su renuncia como Concejal e instarle a la entrega del acta
que le da derecho al escaño, no quiero pensar que Carmena haya temido por su
propio cargo de alcaldesa si Zapata no accedía a la petición y, en un acto de
frivolidad e irresponsabilidad política.
No sé qué es peor, si el cinismo irredento de la derecha o el papanatismo de la izquierda. Si por unos tuits, por más espantosos y vergonzosos que puedan ser, cuando no se era cargo público de nada, alguien tiene que dimitir, el 99% de la población de este país -yo el primero- estamos invalidados para ocupar ningún cargo público.
ResponderEliminarSe pide la cabeza de Zapata ¿por corrupción? ¿Mala gestión? ¿Prevaricación? ¿Tráfico de influencias? ... no, por unas tonterías dichas, no en un bar o en el patio de un colegio como hemos hecho el 99% de la población de este país- sino difundidas por Twitter. Estamos a un tris de pulverizar todos los records de hipocresía habidos hasta la fecha.
Como de costumbre la progresía de este país preocupada por la corrección política, porque la caverna no se altere demasiado, por contentar a todos. Y eso (y parece mentira que a estas alturas no nos hayamos dado aún cuenta) no es posible con la gentuza que está al otro lado.
Había que defender a Zapata para que la derecha sepa que esta vez no se va a encontrar un Zapatero al que doblegar con manifestaciones carcas por La Castellana, pero en lugar de plantar cara se ha cedido al primer día de legislatura. Y eso es malo, muy malo, porque el tiburón ya ha olido la sangre y va a arremeter hasta desangrar a la víctima. Al tiempo.