OTRA MANERA DE VIVIR LA PASIÓN AHORA
CALVARY UNA PELICULA IMPRESCINDIBLE
Ayer tuve la ocasión de ver la película
Calvary del director John Michael McDonagh, en donde todas las piezas del puzle
encajan perfectamente al final, una vez completado el disperso y frustrante
recorrido de un sacerdote, que parece rudo, primario, sin atractivo personal ni
virtuoso.
Pero
el vértigo que produce en el espectador es pavoroso. Sólo se alcanza a ver,
comprender y admirar al personaje y toda la carga bíblica que representa su
papel cuando llegamos al final del film.
Entonces todo cobra sentido y abre una dimensión apocalíptica.
En donde la bondad no es una entelequia ni una abstracción, sino algo muy preciso
y contundente que apenas se puede abarcar con palabras ni con una mera
descripción de los acontecimientos, que se nos antojan desproporcionados o
inauditos, pero que en su insólita e inapelable brusquedad nos deja mudos, sin respuesta posible.
La película, que podría ser una
magnifica pieza teatral, utiliza diálogos cargados de ironía y humor negro manejados
con mucha inteligencia, la suficiente como para hacer resaltar algunas
observaciones brutales sobre lo que es la maldad y la hipocresía de la gente.
El sacerdote va urdiendo su Calvario
particular y mostrando al espectador la inmundicia de una sociedad hipócrita
que necesita ser redimida a costa de su vida. Este énfasis sobre la hipocresía
que hace la cinta deja muchas sensaciones al espectador, en especial la de
querer mandar todo al demonio y de que tratar de salvar las almas de los demás
es una misión prácticamente imposible y sumamente desalentadora, desgastante,
frustrante y decepcionante.
Pocos son los personajes que arrojan
algo de luz en esta historia que está llena de oscuridad. En donde el
protagonista, demuestra su talento a la hora de interpretar diversos roles y el
elenco también cumple muy bien. Es una película reflexiva y emotiva a pesar de
su humor negro a la vez que es un gran análisis sobre la naturaleza oscura del
ser humano.
Después del desenlace final hay que
reparar en la realidad de un mundo que vuelve aparecer ante los ojos del espectador
como un aldabonazo frenético que nos muestra como un espejo una realidad de
nuestra sociedad.
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