NO DEJÉIS QUE OS CONDUZCAN SIN SABER A DÓNDE
“IN MEMORIAM” A UNA FECUNDA ETAPA DE VIDA
Hace ya un año abandone más de ocho lustros intensos de vida profesional,
que estuvieron repletos de satisfacciones personales, pero sigo pensando en mis
alumnos y observo el panorama actual preocupado por su futuro profesional.
La
actual coyuntura sociopolítica y económica evidencian la necesidad de crear diferentes
foros de jóvenes que posibiliten afrontar este nuevo contexto social y cultural de
la sociedad, con el objetivo de aportar desde la Universidad, otro enfoque diferente
que haga avanzar y contribuir a reactivar los resortes de la sociedad civil;
de manera que una vez que el alumno finaliza los estudios se establezcan redes
profesionales de ayuda.
Los
profesores, por su parte, deben crear también equipos de docentes que
diagnostiquen sobre cuestiones puntuales de la actualidad profesional y posibiliten
celebrar seminarios y debates con los estudiantes sobre los problemas que se
están encontrando los jóvenes graduados en su acceso al mundo laboral.
La
salida al desempleo no es el subempleo, tampoco la emigración obligatoria por
ausencia de ocasiones de trabajo. Las soluciones pasan el desarrollo de nuevos
proyectos de vida que permitan disponer de recursos suficientes y posibiliten
vivir con dignidad. La única solución viable pasa por reformular el modelo,
para lo cual necesitamos repartir el empleo para que se eviten las jornadas
inhumanas y mientras el desempleo sigue.
Además,
deben evitarse las contrataciones ilegales, con mejores inspecciones de trabajo
y paralelamente, fomentar el autoempleo bajo fórmulas democráticas para que los
propios trabajadores tengan la posibilidad de poder tomar decisiones sobre sus
condiciones laborales.
Mis
años como docente sirvieron para aprender muchísimos conceptos de vida que contribuyeron
a conformar en mí un espíritu crítico que me acompañará siempre. Mi despedida
no fue triste, ya que me sentía con la satisfacción de seguir viviendo, mi
cuerpo me responde y también sigo desarrollando, de otra manera mi trabajo
intelectual.
No
quisiera terminar sin aconsejar a mis colegas jóvenes, entre los que se
encuentran mis dos hijas Sonsoles y Beatriz para aconsejarles que desertar del pensamiento propio es desertar de
la Humanidad, convertirse en una piedra, desmerecer del destino que nos ha
señalado a los seres humanos con un propósito que trasciende las limitaciones
del tiempo.
Seguid
con firmeza vuestro camino, no dejéis que os conduzcan sin saber a dónde, no
permitáis que os convenzan sin saber de qué, y, sobre todo, no consintáis que
os vivan, porque vuestra vida es vuestra y es única, insustituible, el único
paisaje que tenéis para dibujar en él la figura de vuestra felicidad.
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