Entre novedad y monotonía
ORTODOXO FRENTE A HETERODOXO
En estos momentos históricos sigue habiendo dos tipos de
españoles, los que están hartos y quieren cambiar y los que desean que todo
permanezca más o menos igual. Pero en realidad en momentos especiales como
estamos viviendo ahora, con una clase política dirigente descompuesta con la
corrupción y unos electores turbados ante un contexto demasiado duro. Hay que
elegir un cambio importante. Pero los cambios importantes solamente son
posibles con una revolución y eso precisamente no queremos.
Hay
que elegir entre la novedad y la monotonía. Los españoles, y el hombre en
general, tendemos a ir a cualquier lugar siempre por el mismo camino, por las
mismas calles, por los mismos atajos, con el mismo medio de locomoción. Somos
víctimas de la rutina. Nos asusta el riesgo, la innovación, huimos del
nomadismo y nos conformamos con algún viaje esporádico y vuelta a casa.
Preferimos vivir en lo conocido, aunque nos fatigue. Por eso el PP es
mayoritario y el PSOE es una variación sinfónica dentro de la misma partitura, tal
vez por eso también los nacionalismos son incurables, por eso IU se ha
incrustado en el sistema sin amenazar conflicto. Y ademas, se dice, los
españoles somos poco proclives a los extremos.
Todo
allega a la continuidad de nuestra frustración. Ahora surge, o está a punto de
surgir, PODEMOS, un latigazo que ha sacudido a una parte aún no del todo
cuantificada de la población. SIN CONOCER BIEN SUS POSTULADOS, los españoles lo
perciben como UNA POSIBILIDAD REAL DE CAMBIO. Incluso de cambio hacia lo que sea,
hacia lo desconocido, pero que les basta y estimula. Unos lo ven como un
enemigo peligrosísimo y destructivo, otros como el ansia de agitar las aguas y
echarse a nadar hacia donde sea, ir al lugar por distinto camino.
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