PEQUEÑO PAÍS
¡¡FALTABA MAS¡¡
Todo
el mundo tiene derecho a soñar lo que le venga en ganas, ¡hasta ahí podríamos
llegar ¡no voy a ser menos que nadie¡ Esta noche, soñaré que vivía casualmente
en un PEQUEÑO PAÍS que un buen día decide separarse de otro PAÍS GRANDE con el
que convivía felizmente desde hacia un “porrón de años”.
Este
PEQUEÑO PAÍS, deseaba independizarse para gozar de soberanía propia y otras
muchas cosas. Pero la pretensión producía muchos enfrentamientos dialecticos
con el PAÍS GRANDE, muy especialmente con su gobierno. Sin embargo el paso del
tiempo descubriría que todo era un burdo montaje de los intereses de unos pocos
implicando a otros muchos.
Al
parecer los pocos pensaban, ¿por qué no hacer de un trocito de aquel PEQUEÑO
PAÍS un paraíso fiscal al estilo de los muchos que hay a lo largo y ancho del
mundo?, si para llegar a conseguirlo tenemos que quedarnos fuera de la GRAN
UNIÓN, (estaba formado por un montón de países con intereses fundamentalmente económicos
y capitalistas) perfecto, “miel sobre hojuelas”, pensaban sus instigadores, ¡porque
que dentro de la GRAN UNIÓN no cabría un lugar para que el tratamiento de las
divisas tuviera una forma diferente de la que marcan sus normas de aquel. Al PAÍS
PEQUEÑO le comunicaron los de la GRAN UNIÓN que ser independientes debía pagar
el “precio” de quedarse fuera de la GRAN UNIÓN, fenomenal, magnifico, eso
precisamente es lo que buscábamos para nuestros intereses dijeron los
instigadores independentistas.
La
casualidad, que en estos casos ocupa un papel destacado, deparó que precisamente
que justo al lado de aquel PEQUEÑO PAÍS, existía otro DIMINUTO PAÍS, casi
insignificante, en la que se depositaban muchas fortunas con fines fuera de las
normas de la GRAN UNIÓN y podía servir de ejemplo o avanzadilla para lograr los
objetivos de los independentistas Que sólo por razones ideológicas, culturales
e histórico/políticas querían segregarse del PAÍS GRANDE con los que convivía
desde tiempos de Maricastaña. De hecho, antes de que se manifestara la
población para la consulta popular sobre esa independencia, apareció,
casualmente, por eso del azar de la vida una fortuna fortuita multimillonaria
que había sido acuñada en aquel “semi/paraíso fiscal”, lo que serviría a futuro
de la avanzadilla necesaria para ir mentalizando a la población sobre cuáles
serían las verdaderas intenciones de del proyecto que los enfrentaba con el PAÍS GRANDE.
Las
continuas amenazas de un lado y del otro se prodigaban. De un lado apelaban a
la ilegalidad de aquel referéndum y de la otra echaban mano de ciertos derechos
internacionales. Intentaban recabar apoyos de diversos países y de personajes
de relevancia pública internacional, tanto de un lado como del otro, en pos de
la defensa de sus particulares posturas. Al margen de la presumible
legalidad/ilegalidad, la sombra que más ensombrecía, valga la redundancia, a
aquella maniobra, y que aparentaba un mayor riesgo, era la de la advertencia de
que, si se separaba del núcleo parcial, se quedaría también fuera del meollo
del global. Y eso, lejos de preocuparles, porque era lo que realmente deseaba al
favorecer sus ocultas intenciones de convertirse en un nuevo, cercano y más
accesible, paraíso fiscal que les hacía confirmar la buena marcha de sus planes
y el buen discurrir de sus proyectos. El asunto llamaba la atención de muchos
oligarcas financieros, y el sector se frotaba las manos cada vez con mayor
fruición hasta el punto de producirles auténticos espasmos en las carteras, hasta
el punto de hacerse llagas…, pero la operación pintaba frutos muy suculentos y
atractivos.
¿En
qué quedó aquel sueño? Pues no lo sé, porque de repente sonó el despertador y
acabó con toda posibilidad de encontrarlo solución. Ya con los pies en el
suelo, empecé a imaginar cual sería el fin de toda aquella maquinación imaginada,
una nueva pesadilla para la sociedad engañada con trucos y triquiñuelas, con
mentiras y maniobras propias de chanchulleros y de cómplices en la barbarie,
aún a pesar de sus aparentes enfrentamientos y disputas. Todos a una con el
único fin de producirle dolores de cabeza a la población con un nuevo insulto a
sus inteligencias. Más dolor. Pero como, “la pela es la pela”?
¡Hala,
que tengan ustedes felices sueños! ¿O terribles pesadillas? No sé, allá
ustedes, pero a mí no me culpen de nada por haberles contado mi particular
sueño. Échensela a ellos, ¡caramba!, que son, en la realidad, quienes les
torean, ¡caramba! Pero no se preocupen en demasía, porque al fin y al cabo, los
sueños, sueños son. El próximo, intentaré que sea un placentero y agradable
sueño y no acabar con tanta mentira y tanto dolor de cabeza
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