EL 15 M, YA TIENE ROSTRO




EL COMPROMISO Y LA RESPONSABILIDAD DE LA MAYORÍA

Los líderes no son necesarios. Son imprescindibles   las ideas
El Movimiento 15-M: corriente ciudadana formada a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011, convocada por varios colectivos. Después 40 personas decidieran, ese día, acampar en la puerta del Sol de forma espontánea, con la intención de promover una democracia más participativa alejada del bipartidismo PSOE-PP y del dominio de bancos y corporaciones. Así como una "auténtica división de poderes" y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático.
Después de conocidos los resultados aparecen las especulaciones más o menos interesadas sobre los comicios. En la primera comparecencia de María dolores de Cospedal del PP, parecía que los populares habían obtenido unos resultados maravillosos por haber ganado las elecciones. Esa es precisamente la casta política de un sector cada vez más importante que ha sido castigado duramente en las urnas.
Pero lo más substancial es que el movimiento el 15M que todo el mundo consideraba amortizado aparece nuevamente como indignados en la figura de Podemos. Un movimiento político, al que los poderes facticos más recalcitrantes han osado en calificar como efímero, “resulta sencillo criticar al sistema sin plantear soluciones”.
La génesis de todo este proceso, de necesidad de cambio de rumbo, se fundamentó hace tres años. Este movimiento aglutinó a diversos colectivos ciudadanos con distintos lemas, como el de la manifestación del 15 de mayo: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros» o «Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros Mientras todo el mundo daba por muerto al 15M, éste ha ido gestando, cocinando a fuego lento una forma organizativa que pudiera servir para la política electoral, una forma de convertir el asamblearismo en política.
El 15M necesitaba una cara que ahora tiene. Poco a poco va tomando forma Pueden seguirle pegando al muñeco si quieren: lo importante está en otro lado.
Cierto es que en los medios, sobre todo los de TV, en tertulias-show ha tenido una cobertura muy importante Pablo Iglesias y el bien que lo ha aprovechado; tiene una condición a su favor impropia de nuestro carácter y es que sabe escuchar y no entra al trapo fácilmente. Posee la astucia de aguardar pacientemente y tomar la palabra cuando se la da el moderador; parece simple, pues no, eso es un ejercicio de muy difícil ejecución entre voceros que intervienen y se repiten una y otra vez por las diversas cadenas hasta el punto que todos ellos son la misma persona con diferente forma de piar, graznar y rebuznar.
Los líderes no son ni dejan de ser necesarios, surgen por doquier en cualquier lugar, porque somos animales sociales. Pero una sociedad no lo cambia un líder. Un líder puede imponer su voluntad a la fuerza, pero una sociedad se puede cambiar de verdad cuando libremente se produce el compromiso y la responsabilidad de la mayoría de las personas que la conforman. Y eso solo se puede conseguir cuando el conocimiento y la educación permitan la posibilidad de decidir libremente y en igualdad para todas las personas.
El único que sinceramente ha reconocido el fracaso en las últimas elecciones ha sido el PSOE. Rubalcaba se va, no tiene otra salida, pero lo hace tratando de atar y bien atar. Los testamentos políticos están para incumplirlos.
El PP agradece a los que fueron a votar y van a trabajar para que vuelvan los que se quedaron en casa. Lo que deberían dejar en casa es el cinismo. La tendencia demuestra que cada vez hay menos tontos.
El partido que ha fracasado sin paliativos ha sido IU. Sus perspectivas eran ocupar la alternancia. Aprovecharse del naufragio, que ellos mismos añoraban. Nada, tocaron techo. Como el sapo, tres días intentando saltar el charco y al final, chapuzón. Estos llevan cuarenta años, programa, programa, programa pinza, pinza, pinza. Así no. La izquierda o es unida (de verdad, no de nombre) o no tiene nada que hacer., Podemos ha ganado claramente. Cuidado, hay que saber digerir los triunfos, a veces, matan.
Algunos líderes de la izquierda han dicho estos días que han roto el bipartidismo. Quienes han roto el bipartidismo fueron los que votaron. Cuidado con amenazar con terminar con el resultado de la voluntad de los votantes. Y es que los líderes no son necesarios. Lo que sí son imprescindibles son las ideas. Los líderes suben tan alto que se les pierde de vista y, una vez fuera del alcance de nuestros ojos, devienen en usuarios de puertas giratorias, los más, o en inútiles jarrones chinos, los menos

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