Nuevamente la corrupción
“TODOS” CONTRIBUIMOS EN MENOR O MAYOR MEDIDA
Al mal de la corrupción “todos” contribuimos en
menor o mayor medida. Unos por acción y
otros por omisión. Somos responsables porque al ser un mal social atañe a toda
la sociedad en su conjunto.
La viñeta del Roto, sintetiza este tema |
Los ciudadanos, comprobamos que además
de desahogarnos en escritos como este, poco o casi nada más podemos hacer, para
ver encerrados en prisión a los tramposos, rateros y ventajistas que han
mentido y estafado con la vulgaridad de los becerros y la grosería de un
rebuzno en el templo.
Las frías estadísticas muestran desde
las portadas de los periódicos que España ocupa el ignominioso segundo puesto
en el ranking de países donde más crece la corrupción, somos cabeza visible de
la escalada estafadora, lo cual no favorece mucho a la cacareada marca España
que desprestigian muchos cínicos que la patrocinan incluso fuera de nuestras
fronteras.
La corrupción se traduce en trampas,
disfraces, escamoteos, mentiras, sobornos y miserias, que consolidan en las
instituciones y en el cuerpo social una detestable impunidad derivada de los
tribunales de justicia, permitiendo escapar a los indeseables con apelaciones a
tribunales o inaceptables indultos gubernamentales.
Campa el fraude y la corrupción
libremente por los vertederos institucionales de ministerios y ayuntamientos,
proclamando verdades que son mentiras, estafas disfrazadas de errores, regalos
a cambio de favores, nepotismo hermanado con servilismo estructurado,
nombramientos innombrables, asesorías de la nada, adjudicaciones trocadas en
propinas millonarias, sobornos descomunales enladrillados camuflados, votos a
cambio de favores, injustas sentencias judiciales acordadas, contaminación
politiquera y extraño maridaje de escaños, juzgados, concejalías y reclinatorios.
Entonando entre todos, un portentoso “canto del cisne” que se escucha hasta en
la Patagonia.
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