Queremos justicia



CON LOS MEDIOS TIENEN LOS FINES.
Y…NOS COLOCAN CONTRA LAS CUERDAS EN UNA OFENSIVA QUE TOMA NUESTRAS CASAS, CONCIENCIA Y NUESTROS CORAZONES.
El Ministro Wert debería empezar a repensar su propio sistema moral. Váyase Sr. Wert, váyase. La Comunidad Educativa y la sociedad en su conjunto se lo agradecerían. Ya no se trata sólo del rechazo a una ley educativa elitista privatizadora, clasista, sexista, antidemocrática y profundamente regresiva como la que el PP ha aprobado. Se trata del ridículo que siente el propio profesorado al forzar de una forma tan descarada e ideológica los contenidos con el fin de introducir ese “espíritu empresarial” incluso de una forma completamente artificial y ridícula. Porque proponer como criterio de evaluación que el alumnado tiene que “reconocer la utilidad de la Estética filosófica para dar viabilidad a un plan de marketing” roza ya no en lo hilarante, sino en lo esperpéntico.
A punto del K.O. técnico, los españoles nos despertamos a diario con las malas noticias. Un día las eléctricas nos dejan a dos velas con un tarifazo del once por ciento y al otro llega Superrajoy para anular la subasta y convocar previsiblemente otra que nos ponga la subida EN UN SEIS para que todos celebremos la gallardía del gobierno. Hoy, nos aprueban la ley mordaza y mañana la ley contra el aborto. Desahucian a los desahuciados, vencen a los vencidos, se niegan a darle la simple limosna de una tregua de invierno a la solemne pobreza energética de este país.
Vivimos en un golpe de Estado al que no le hacen falta tanques: es mucho peor arruinar a cualquier manifestante de por vida que encerrarlo un par de noches en la Puerta del Sol. ¡Contra Franco vivíamos mejor!. Nos encañonan a golpe de talonario, nos torturan con reformas laborales, echan a los tiesos de las universidades y privatizan la salud sin derecho siquiera a montepío. Las pensiones para quienes menos las necesitan. La tierra, para el que especula con ella. Los presidios están llenos de raterillos del tres al cuarto y los fiscales se alían con el poder para evitar que pueda defenderse ante el banquillo de los acusados. Tienen los medios y tienen los fines. Nos colocan contra las cuerdas en una ofensiva que toma nuestras casas y nuestros corazones. Si nadie piensa ya en revolución, ¿dónde está, al menos, la resistencia, el simple derecho a la defensa propia?
A todos mis amigos lectores les deseo Feliz Navidad

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