La vida es breve, la ciencia extensa, la ocasión fugaz
GAUDEAMUS IGITUR
("Alegrémonos pues") y que en realidad se titulaba De
brevitate vitae ("Sobre la brevedad de la vida").
Pues
bien, la tercera estrofa del Gaudeamus, que tantas veces canté con emoción, dice
así: Vivat Academia, vivant professores. Vivat membrum quodlibet, vivant membra
quaelibet, semper sint in flore y su traducción al castellano más o menos seria:
viva la
Universidad, vivan los profesores, vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan
siempre.
Cuando mi
querido compañero y amigo, el Profesor Rodríguez Sánchez, pronuncio mi Laudeamus de despedida, pasaron por mi cabeza los veintiún años de docente y comprobé
de facto que en mi entorno próximo había una estela de cariño del que
participaba vivamente. ¡Muchas gracias Antonio! por tus palabras que han
supuesto un bálsamo para mí cascado corazón y una ayuda para mi despedida de docente
oficial. Porque nunca he pensado abandonar algo que ha llegado a formar parte
de mí ser.., y mi gnosis dice que debo seguir destinando los talentos al
servicio de una sociedad mucho más justa y libre.
El universo en el que nos movemos a diario oscila entre la realidad y la
fantasía, la realidad que supone el día a
día, con sus clases y sus exámenes, y la fantasía que supone soñar
con el futuro que nos espera cuando abandonamos la universidad. Muchas veces es difícil decantarse por la realidad cuando la
fantasía es mucho más llevadera. Tal
vez por eso el famoso escritor irlandés Jonathan Swift autor de los viajes de
Gulliver decía: “Todo el mundo quiere vivir largo tiempo pero nadie quiere llegar a
viejo”, cuando este término resulta desagradable y se ha empleado
muchas veces con carácter peyorativo. Pero la vejez es un estado que se alcanza
si se vive lo suficiente. Nadie puede
detener el tiempo, tal vez por eso tratamos suavizarlo con la con términos como
tercera edad.
La vida es breve, la ciencia
extensa, la ocasión fugaz, la experiencia insegura y el juicio difícil. Evidentemente
la vida es breve y por eso estuve ayer con todos vosotros queridos profesores,
donde pudisteis comprobar que otros colegas conciben la jubilación con “jubilo” como una época de descanso lo
cual es lícito y respetable. Sin embargo yo prefiero seguir el consejo de
Cervantes expresado en la frase: El
camino es siempre mejor que la posada.
Han sido años en los que he aprendido muchísimos conceptos y
teorías, que han
contribuido a conformar en mí un espíritu crítico que me acompañará en acciones futuras.
Esta no es una despedida triste, al menos no debería serlo, porque también estamos de enhorabuena ya que vivimos y pensamos.
No quisiera terminar sin aconsejar a mis colegas jóvenes entre
los que se encuentran mis dos hijas, Sonsoles y Beatriz: Desertar del pensamiento propio es desertar de la Humanidad, convertirse en una piedra, desmerecer del destino que nos ha señalado a
los seres humanos con un propósito que trasciende las limitaciones del tiempo. Seguid
con firmeza vuestro camino, no dejéis
que os conduzcan sin saber a dónde, no
permitáis que os convenzan sin saber de qué, y, sobre todo, no consintáis que os
vivan, porque vuestra vida es vuestra y es única, insustituible, el único
paisaje que tenéis para dibujar en él la figura de vuestra felicidad.
Querido Don Jesús,
ResponderEliminarMe hubiese gustado poder acompañarle en este día tan importante, pero ya que no es así, al menos quería estar presente mediante esta carta.
Para empezar un gran proyecto hace falta valentía, y para terminarlo, perseverancia. Y esas dos virtudes se han reunido en usted, que ha demostrado que, si bien no es fácil ser profesor en los tiempos que corren, uno puede desempeñar este trabajo a la perfección y hasta hacerse querer por los alumnos.
Dice un antiguo proverbio que tener verdadero éxito en la vida es: reír mucho y muchas veces; ganar el respeto de personas inteligentes; gozar del cariño; ganar el reconocimiento de personas cualificadas; apreciar la belleza; buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste y saber que al menos una persona ha vivido mejor gracias a ti. Una vez más, Don Jesús, ha vuelto a reunir todas las cualidades, y yo tengo la inmensa suerte de poder presumir de que soy una de esas personas que han vivido mejor gracias a usted.
Por último, me gustaría que no se pusiera triste por esta despedida, pues no es un “adiós” sino un “hasta luego”.
Gracias
Clara García Páez
Gracias Clara, merecio la pena tu trabajo. Saluda a tu marido.
EliminarHasta siempre
Querido profesor González Martin:
ResponderEliminarTodos los alumnos querríamos agradecerle el esfuerzo que ha impuesto en nuestra enseñanza. Nos has enseñado a conocer y a saber manejarnos por el mundo.
Muchas gracias por haber hecho de nosotros unas buenas e inteligentes personas, y recuerde que tiene una parte de nuestro corazón ocupado para siempre.
Le agradecemos su esfuerzo por brindarnos sus conocimientos.
Un grupo de alumnos del G7 curso 2012-13
DEbo decirjle que le echamos de menos. sus clases, representaban algo mas que la simple docencia, tambien en la realidadddel momento y nos ayudaba a reflexionar sobtr lo que acontece en nuestro entorno
ResponderEliminarJesús:
ResponderEliminarHe visitado tu blog, deleitándome con las entradas que en él has ido escribiendo. Pero no me resisto a expresarte mi desacuerdo con esa "triste despedida" en tu "adiós a la docencia", porque no me parece triste el momento de tu vida en que decidiste comenzar una nueva etapa de tu historia personal, ni te despediste ese día de la docencia porque sigues siendo un maestro del que todos tenemos mucho que aprender.
Esperando que este abrazo virtual que te envío se haga pronto real, quedo a la espera de tu visita.