El despilfarro del obispo
OTRO NUEVO ESCANDALO PARA LA IGLESIA CATOLICA
Desde los primeros siglos de la Iglesia, muchos cristianos fueron movidos para
vivir un seguimiento más radical de la pobreza, renunciando a sus propios
bienes de manera definitiva y dándolos a los pobres. A lo largo de la historia,
esta forma de vida se ha ido estructurando en monasterios y congregaciones de
monjes y religiosos que hacen voto de pobreza. Aun reconociendo que en
ocasiones tanto los individuos como las comunidades y congregaciones hayan caído
en un cierto alejamiento del ideal, no podemos tampoco ignorar la generosidad
que supone, las renuncias que conlleva, el testimonio evangélico que proclama y
el fruto espiritual y pastoral que aporta a la Iglesia. Pero el caso del obispo despilfarrador
alemán, monseñor Franz-Peter Tebartz-van
Elst, de la ciudad de Limburgo (sureste de Alemania), ha provocado un escándalo
por su afición al lujo gastándose más de 30 millones de euros
en modernizar su residencia, el palacio obispal.
El despilfarro del obispo de Limburg,
su obsesión por el lujo se está convirtiendo en otra nueva carga para la
iglesia. El obispo, si es alejado del cargo por una decisión papal o es
obligado a renunciar al obispado, quedará enfrentado a otro problema inédito en
la historia de la curia germana. Tebartz-van Elst está siendo investigado por
la fiscalía por dos presuntas declaraciones en falso: haber mentido al negar
que había volado en primera clase a India y presunto fraude en lo relativo a
las obras de la residencia.
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