A pesar de la crisis las grandes fortunas siguen subiendo
JUSTICIA DISTRIBUTIVA
En estos tiempos cuando millones de personas en España se encuentran en
el umbral de la pobreza.
Amancio Ortega, el
fundador de Inditex, es la primera fortuna del país (47.600 millones de euros)
Su capital atesorado equivale a todo patrimonio junto de los 15 siguientes de
la lista. En segundo lugar, sin embargo, hay una novedad: Juan Roig Alfonso, presidente de Mercadona, y su mujer,
tienen la segunda mayor fortuna de España... El tercer lugar de esta
clasificación de millonarios españoles vuelve a aparecer el imperio Inditex……….así
hasta un centenar
Esta
es una realidad que debemos ver desde una posición distributiva de la justicia
social, sobre todo y fundamentalmente cuando el gran fraude se encuentra en los
sistemas fiscales que permiten estas barbaridades…. Hasta cuándo vamos a pasar
por alto. Tenemos la obligación de exigir a nuestros representantes
parlamentarios defender un procedimiento fiscal justo, que acabe con la
impunidad de las grandes fortunas y conglomerados empresariales que tributan la
mitad que cualquier ciudadano de renta alta.
Todas
esas sociedades contribuyendo a tipos del 20 o 30 %, una vez todas las
deducciones hechas. Infinidad de posibilidades de tributar a tipos bajísimos.
Hay que elegir líderes que luchen en Bruselas por esto y por la limitación de
la riqueza indecorosa; alguien tiene que poner el asunto en los foros
internacionales y defenderlo. ¿Utópico? SÍ ya lo sé, pero menos si los
ciudadanos nos damos cuenta de lo que hay en juego.
¿Legará
un tiempo en que la sociedad grite y ponga remedio a esas impúdicas fortunas?
que no sólo son insultantes e inmorales, (nadie enriquece si no es acosta de
otros) sino que atentan contra la esencia misma de la democracia. Creo
sinceramente que yo no lo veré.... y además todas estas personas, con
patrimonios inmensos, probablemente pagan menos impuestos proporcionales que
usted o yo que vivimos de un salario. Con estas cosas nuevamente me viene a la
cabeza la figura emblemática del sueco Olof Palme. La
proporción entre el más pobre y el más rico estaba pactada dentro de una
sociedad emblemática de libertades democráticas y sociales, que Enrico Altavila lo califico como infierno
y paraíso.
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