A los codiciosos
LOS MALOS POLITICOS, ANTE LA SUTIL
TRAMPA DE LA CODICIA
Únicamente dinero para vivir con la dignidad necesaria.
Los signos externos, delatan.
No hace falta adentrarse demasiado en un mayor conocimiento de la cotidianeidad
personal para conocer cómo se vive.
Todos
conocemos en nuestro entorno a personas que han mejorado estrepitosamente su
nivel de vida. Alguno de ellos ha podido tener suerte en los negocios. Pero
otros, tendrán muy difícil y complicado justificar el cambio de existencia, un
antes y un después de su entrada en la política. Al que se enriquece con el
robo y el fraude se le nota.
Desgraciadamente,
son demasiados los que después de haber estado durante algún tiempo moviendo de
una manera u otra los hilos del poder, terminan sucumbiendo ante la sutil
trampa de la codicia: Barcenas, Roldan, Urdangarin, Matas,…y desgraciadamente
muchos más deberían haber sido imputados por haberse apoderado de aquello que
no les pertenecía. Sobre este particular yo debo aplicar alguna reflexión
personal que he podido constatar; no pretendo que nadie la suscriba pero para
más de uno y una esta reflexión servirá. Serrat en una de sus canciones viene a
decir que querría tener el dinero suficiente para no tener que pensaren él. ¿Qué
dinero es el suficiente? Para mí, y creo que para una buena parte de los
mortales va a depender de su asentamiento de vida planteada desde la razón y
desde un nivel sensato de austeridad. Antonio Machado, escribe en uno de sus
maravillosos poemas se expresa:…y cuando
llegue el día de mi último viaje y este a partir la nave que nunca ha de
tornar. Me encontrareis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos
de la mar. Resulta claro que todo lo que tengamos acá lo dejamos, no nos
llevaremos nada ser el hombre o la mujer más ricos del cementerio para poco
sirve.
Si
frecuentemente tuviéramos en cuenta esta reflexión, incluso por encima de
convicciones religiosas, llegaríamos a la postura inteligente de pensar
únicamente en el dinero para vivir con la dignidad necesaria. Y todo aquello
que nos resta debería ser socializado en beneficio de los más desfavorecidos.
Esta filosofía de vida hace algún tiempo que la vengo practicando, y os debo
asegurar que la estoy llevando con total satisfacción. El dinero debe
representar libertad no esclavitud, debe servir para vivir mejor en un sentido mayestático
del término nunca para sentirse dominado.
Un
punto que indigna a la mayoría de los españoles, entre los que me incluyo, son
las prebendas que disfrutan los políticos. En general algunos sueldos son
moderados si los comparamos con los de cualquier ejecutivo de empresa. Pero
bien es cierto que la política no debe ejercerse para ganar dinero, sino por
vocación. Hay cosas que enfurecen y mucho más en épocas en que estamos
sufriendo, un paro de seis millones de personas, que mucha gente pasa hambre
por no tener ingreso alguno y que haya tanta gente “mareando la perdiz y comiendo la sopa boba “con el trabajo del
contribuyente.
Pero
en este descredito de la clase política, no toda la culpa es de los políticos.
También los ciudadanos tenemos nuestra responsabilidad. Causa perplejidad
contemplar imágenes en que alcaldes o concejales imputados por delitos de
corrupción salen de los juzgados con vítores de los directamente estafados. ¡¡Qué
perversión ética¡¡ con frases como ¡¡roba pero hace cosas!¡. Así resulta
imposible enderezar esta nave. Es claro que lo primero que hay que exigir a un
político es la honradez,…. Luego, que al menos, que no sea tonto.
Debemos
vivir en un mundo mucho más habitable, en donde el éxito no consista solo en
almacenar dinero y poder. Es legitimo, casi es obligado que nos empeñemos en
luchar por nuestra propia dignidad. Tenemos que reconciliarnos con nuestro
mundo, no merece la pena venderse con tanta indignidad, la felicidad es mucho
más barata.
Debemos
desterrar la envidia y no tener como referencia a los que tienen mucho, sino
aquellos que tienen menos que nosotros y sin embargo son mucho más felices.
¿Qué
pensarán algunos de los hombres mujeres más ricos del mundo cuando les
comunican que les quedan sólo unos meses de vida? Seguro que si conservan un
mínimo de lucidez, la amargura y el cabreo de dejar este mundo les tiene que
fastidiar un montón. ¿De qué sirve ganar la tierra si he perdido mi propia
dignidad para conseguirlo?
Cuanta verdad hay en estas letras
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