LOS MALES
DE LA DEMOCRACIA SÓLO SE SUPERAN CON MÁS DEMOCRACIA.
Trabajito, sin acritud, dedicado a la Sra.
Alcaldesa de Valdemorillo, Pilar López Partida
Sra. Alcaldesa, escribo este trabajillo con
el pleno convencimiento de que no obtendré respuesta alguna, porque si me contestara,
se delataría y mirará para otro lado porque los las políticos
de su cuño están pasando, con la crisis, sus peores momentos democráticos, ya
que deben reflexionar y modificar su discurso para no quedar tocados en próximas
elecciones. Y es qué, los males de la democracia sólo se superan con más democracia.
¿De qué manera se podría democratizar,
un poco más, la vida en un pueblo como Valdemorillo? si el PP se apoya en un
partido que ha engañado vilmente a
sus electores, aprovechando nuevamente del trasfuguismo político, para que
al amparo de nuestra obsoleta ley electoral continuar haciendo caja. Los
militantes del PP, que pusieron el grito en el cielo con ese pacto “contra
natura”, ahora otorgan para continuar saliendo en la foto.
Actualmente con un partido en el
gobierno que se apoya en el parido independiente, que como bien sabe la
alcaldesa, utilizó del engaño descarado para obtener sus votos, y que no ha
dudado en dar la espalda a sus votantes para apostar por una acción que
pudiera dar respuesta a sus cuitas
personales con la función pública, y ahora tan necesitada de recursos. Y que
en su hemeroteca embustera dejó patente la oposición frontal a su anterior
gestión para captar los votos de una fracción del pueblo descontenta, disconforme con que siguiera usted gobernando Valdemorillo cuatro años más. La ciudadanía
silente debe recordar todo cuanto digo sobre este asunto.
¿Cómo agregarle al actual sistema una
dosis mayor de democracia, para poder garantizar un ejercicio más eficiente de
los derechos políticos?. Con la que está cayendo, si no usamos
de nuestros recursos imaginativos, los políticos torpes no llegarián a puerto jamás.
Si el pueblo no delibera ni gobierna,
sino por medio de sus representantes, y los partidos políticos son corporaciones
fundamentales del sistema; aquí estaría el eje de la cuestión y respuesta a
muchas incógnitas.
1. Habría
que conciliar, armónicamente, las facultades propias de los representantes, con
el débito de las fuerzas políticas y con el principio de soberanía popular.
2. La
clave estaría en la plataforma electoral de cada partido o alianza política que
pretenda alcanzar los máximos honores de la democracia.
3. Una
democracia sin evasivas. Que las plataformas electorales sean de presentación
inexcusable, oportunamente publicitada, clara y precisa, y que abarquen todos
los temas de interés general.
4. La
plataforma electoral debe ser vinculante. Así la elección de concejales
representaría una verdadera opción entre varios programas de gobierno,
debidamente plebiscitados y, entonces, cada ciudadano determinaría la prioridad
que estime corresponder a cada tema, haciendo un análisis selectivo, para
después optar por el programa que le ofrezca mayores coincidencias en los
asuntos que considere más relevantes.
5. Las
promesas electorales, como las ofrecidas por Pivalde, debe dejar de ser meros compromisos morales sin trascendencia
jurídica, y tengan la obligatoriedad de cumplir y hacer cumplir en su plenitud
el contenido de la plataforma electoral presentada, como programa de
gobierno, por la fuerza política que resulte ser favorecida por el voto
popular.
6. Que
el programa, votado por la ciudadanía,
tenga fuerza de ley, entrando en vigencia el mismo día en que la
fórmula el escrutinio de los votantes.
7. Para
respetar la voluntad de las urnas, consideramos que no se debería poder modificar el programa de gobierno elegido por la
ciudadanía sin mediar el voto de al menos dos terceras partes del total de los
miembros del Pleno y recién después de haberse cumplido los dos
primeros años del mandato.
8. Esta
propuesta, obviamente perfectible, obligaría a que se articulen los mecanismos
institucionales correspondientes, a los efectos de ponerla en práctica.
9. Las
plataformas electorales deberían ajustarse rigurosamente, y en todos sus
puntos, a la Constitución Nacional, para evitar posteriores planteos de
inconstitucionalidad después de ser presentadas en sociedad. En tal sentido
habría que determinar la instancia previa y el procedimiento que garantice la
viabilidad jurídica de cada plataforma electoral que se presente.
10. Todo
esto exigiría una mayor responsabilidad de los partidos políticos y la
necesaria previsibilidad de los candidatos. Sería un aporte a la seguridad
jurídica y a la gobernabilidad.
11. Las
alianzas electorales se verían obligadas a consensuar algo más que la distribución
de futuros cargos públicos y eventuales cuotas de poder.
12. Quienes
ejerzan la oposición no podrían oponerse a las grandes directrices ya
plebiscitadas en las urnas y devueltas por la mayoría de la sociedad, a los
políticos, como una orientación pero también como instrucciones a ser
cumplidas.
Sra. Alcaldesa, todo un manual de buenas
intenciones que sería suscrito por la casi totalidad del electorado y por los políticos
demócratas e inteligentes que afortunadamente haberlos ahylos.
Aprovechando que este blog lo leen
algunos amigos peperos, les solicito que hagan extensiva esta reflexión utópica
a todos aquellos correligionarios de buena voluntad que sean verdaderamente demócratas.
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