TODO UN DRAMA
EL PARO ENTRE LOS
JÓVENES HA VUELTO A SUBIR.
PUEDE SER UNA GENERACIÓN PERDIDA |
Según la Encuesta de Población Activa que ha publicado el INE y que eleva el total de parados
sobre los seis millones, el número de menores de 25 años en condiciones de
trabajar pero sin empleo ha crecido en 30.200 entre enero y marzo, hasta
superar los 960.000. Frente al conjunto del colectivo, el desempleo afecta ya
al 57,2% del total.
Por sexos, se registraron 410.200 hombres
desempleados entre 20 y 24 años, y 119.900 entre 16 y 19, lo que supone un
total de 530.100.Asimismo, hubo 345.500 mujeres sin empleo entre 20 y 24 años,
y 84.900 entre 16 y 19, lo que suma un total de 430.400
Entre los países de la UE, cuyos datos estaban
disponibles, las menores tasas de paro se registraron en Austria (4,2%), Países
Bajos (4,9%) y Luxemburgo (5,2%), mientras que las más altas fueron las de
España, Grecia, Portugal e Irlanda.
PARO JUVENIL EN ESPAÑA |
España y Grecia tienen tasas de paro de más del
50% de jóvenes en edad de trabajar, lo que constituye un auténtico escándalo generacional
sin precedentes. En los otros países en crisis (Irlanda, Portugal, Italia,
Chipre) estas tasas están en el orden del 30 al 35%. Incluso Francia tiene más
del 20% de los jóvenes están en paro. Con estos niveles contrastan Alemania,
Austria y Holanda que registran en la zona euro el menor paro juvenil
(alrededor del 9%). Dentro del conjunto de parados juveniles. Los jóvenes están
muy bien preparados, mejor incluso que los jóvenes de generaciones anteriores,
lo que supone un estado de opinión especialmente alarmante.
UN RETO IMPORTANTE PARA LOS POLÍTICOS |
Las causas del elevado paro juvenil en el contorno meridional de
Europa tienen bastantes razones comunes. La recesión ha afectado más a los
jóvenes que a los activos mayores debido a que tienen menos cualificación y
experiencia profesional y las empresas pueden prescindir de ellos más
fácilmente, máxime cuando los contratos de trabajo son temporales. En el caso
especial de España, la fuerte crisis en el sector de la construcción
residencial ha puesto en la calle a un gran número de jóvenes. Además, los
empleos de los jóvenes están especialmente expuestos a la competencia
desencadenada por los países emergentes de salario bajo, que obliga a las
empresas a sustituir mano de obra por maquinaria o a trasladar la producción a
otros países con costes laborales bajos.
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