LA AUSTERIDAD TAMBIÉN DEBE LLEGAR AL AYUNTAMIENTO DE VALDEMORILLO.

¿Cómo es posible que una concejala o un administrativo puedan ganar un salario superior al de un Secretario de Estado, un Juez o un Catedrático de Universidad?

Todo está dirigido por fuerzas superiores y a veces no es necesario hacer nada para que los entes se ordenen por sí mismos. Los acontecimientos se suceden en forma espontánea y, aunque parezcan desconcertantes, todo ocurre tal como debe ser. Entonces nos sentimos libres de toda atadura responsable.

En un sentido práctico, se destaca la necesidad de adaptarse a lo inesperado, lo inusual, lo que escapa de la norma. Es decir, todo lo que va de la mano de la originalidad, la inteligencia vivaz (incluso intuitiva), la rebeldía, la independencia, la libertad. Todo propende hacia nuevos enfoques, quizá idealistas, incluso utópicos. Esta es, pues, una situación donde no hay nada establecido ni nada seguro, pero sí llena de descubrimientos o aventura.

Según decía Ortega: nuestra capacidad de asombro es ilimitada si sabe amoldarse a sus circunstancias. Sin embargo hay que resistirse a seguir descubriendo pufo tras pufo que después son asignados a unos presupuestos generales demasiado minimizados por la crisis. Esta crisis que se está cebando, fundamentalmente, con un amplio sector de la clase media española.

¿Cómo es posible que un Ayuntamiento como Valdemorillo, ya con menos de diez mil habitantes tenga a los funcionarios que por su categoría especifica son los mejores pagados del territorio nacional; amén de una caterva de “políticos” amarrados desde hace muchos años a la “teta” del contribuyente y fijándose salarios que no se ajustan, ni con mucho, al de trabajo realizado. Ya sea por su calidad o cuantificación de una tarea que podría ser absorbida simplemente como una faena puramente administrativa. Ya que el pueblo lleva desde hace años anclado en el ostracismo más absoluto y viendo como los pueblos vecinos, tradicionalmente mucho más pequeños y menos desarrollados, han superado en equipamiento a Valdemorillo.

Este pueblo es durante buena parte del invierno una localidad dormitorio para los ocupados en Madrid y un espacio prácticamente muerto en actividad laboral. Los dirigentes del Ayuntamiento se han ocupado, únicamente, en faenar para salvaguardar sus intereses personales y de las entidades mercantiles que les han sido favorables, que se fundamentaron esencialmente en cuestiones relacionadas con gestiones urbanísticas, dejando el resto al albor de las circunstancias. Sobre este particular hablare en otro momento y más adelante ya que es afecta a los interese populares.

A los más de seis millones de parados de España estas desigualdades deben chirriar en su forzado ostracismo y preguntarse ¿Qué puede justificar semejante esperpento?, ¿cómo es posible que una concejala o un administrativo pueda ganar un salario superior al de un secretario de estado, un juez o un catedrático de universidad?

¿Pero en qué país vivimos? ¿Cómo es viable que el plan de austeridad no haya calado también a los ayuntamientos? Del mismo modo ¿Cómo es posible que para que estemos desinformados se pague a una periodista de plantilla municipal para uso y disfrute servil de la Sra. Alcaldesa.

Desde estas líneas yo invitaría al contribuyente que tomara conciencia e intentara recabar información de todos estos argumentos, para que por sí solo obtuviera estas mismas conclusiones y pudiera comprobar la realidad. El trabajo de las concejalías podría ser asumida con la mitad de los concejales y concejalas y en la mayoría de los casos estas funciones están siendo desempeñadas únicamente con los trabajadores al servicio del Ayuntamiento.

Las proyecciones en cultura y en educación, que son bastión de desarrollo en muchos pueblos de menos habitantes, en Valdemorillo son enclenques y no importa demasiado que también sea escasa la participación ciudadana. Las actividades más destacadas provienen de iniciativa privada y de núcleos poblacionales que se montan sus prestezas culturales y divulgativas al margen del servicio municipal.

Al referirse a la cultura popular, el pueblo debe resolver los problemas que se le presenten, tanto materiales como espirituales, se oponga quien se oponga, ya que la cultura debe ser libertad, realización de sueños, debe templar los nervios y los músculos de los ciudadanos para salir de los problemas que aquejan”.

En definitiva, el grupo municipal en el gobierno debe tomar conciencia de esta situación y establecer criterios de austeridad, eliminando todos los puestos que son innecesarios y que, en cierto modo, están imposibilitando que se puedan canalizar iniciativas privadas en mor de dinamizar al municipio y hacer partícipe de la ciudadanía.

Está en mi ánimo el volver a retomar este asunto dentro de unos meses, haciendo participes de esta preocupación a otros municipios que puedan padecer similares irregularidades por medio de la redes sociales.

Desde este blog invito a nuestra alcaldesa Pilar López Partida a establecer un dialogo abierto sobre este asunto, habida cuenta que los partidos de la oposición no han sido capaces de llevar al ánimo del consistorio la problemática laboral que vive este pueblo y el escaso testimonio que está dando un equipo de gobierno anquilosado, inoperante, carísimo; seco de ideas que sean válidas para  acometer un trabajo efectivo al servicio del pueblo de Valdemorillo. La iniciativa privada que aposto por invertir en el pueblo también está sufriendo una crisis importante que debiera acometerse incentivando la inversión para así evitar su efecto hacia la clase trabajadora del pueblo.