FIESTA DE LA FELICIDAD
20 DE MARZO
DIA MUNDIAL DE LA FELICIDAD
Con perdon para muchos
El año pasado la Asamblea General de la
ONU instauró el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad,
para reconocer la felicidad como un «objetivo
humano fundamental. "La historia de la
felicidad es la historia del hombre", decía Ortega y Gasset. Es el tema
más universal, la aspiración última del ser humano. Sin embargo, es un término
escurridizo que supone casi siempre adentrarse en arenas movedizas. ¿Se puede
aprender a ser feliz?
Eduard Punset expreso: hoy definimos la felicidad como la ausencia del miedo.
Aunque también hemos aprendido que es bueno mezclar un poco las emociones
negativas: tristeza, ansiedad, soledad... porque, en su justa dosis,
contribuyen a que sepamos lo que nos amenaza. Hay que gestionar nuestras
emociones para evitar el miedo y dejarse enseñar por la vida. Y no olvidar que
cualquier tiempo pasado fue peor.
La
felicidad es un estado de ánimo positivo, con capacidad de abordar una tarea
llevándola al término propuesto. El resultado final complace a la persona que
acomete dicha tarea. Como resultado de una actividad neural constante en un
entorno con variables ya experimentadas y conocidas, los distintos aspectos de
la actividad mental fluyen de forma armónica, siendo los factores internos y
externos interactuarte con el sistema límbico.
En
dicho proceso se pueden experimentar emociones derivadas, que no tienen por qué
ser placenteras, siendo consecuencia de un aprendizaje ante un medio variable. Existen muchos y variados estudios acerca de la
felicidad, en cuya ecuación básica aparecen,
como se sabe, la variable del dinero, la del trabajo, la de la salud, la del
amor o la del prestigio social. Estos son algunos de ellos.
La
felicidad, incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las
cuales no son necesariamente positivas (compromiso, lucha, reto, incluso
dolor). Es la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello, su
búsqueda, y no el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las
personas sentimientos positivos más profundos.
La organización de opinión norteamericana Gallup,
realizó en 130 países, trató de responder a la pregunta de «¿qué provoca la
felicidad?». Los encuestadores obtuvieron en 2010 respuestas de 136.000 personas de todo el mundo, que
hicieron una valoración de su grado de satisfacción personal en una escala del
cero al diez.
Este estudio encontró que la satisfacción con la vida
se eleva con el ingreso personal y nacional. Los sentimientos positivos también
aumentan ligeramente con la renta, pero están asociados de manera mucho más
fuerte con el sentirse respetado, la autonomía y el apoyo social, y con
trabajar en un empleo satisfactorio. Según los autores, era «la primera
muestra representativa del planeta Tierra», puesto que también se
reflejaban las circunstancias culturales, económicas y políticas en todo el
mundo, tanto de países pobres como ricos.
El
ser humano esté donde esté, que los de las grandes ciudades anhelan una idílica
y tranquila vida en el campo, y en los pueblos pequeños justo lo contrario, se
quiere la animada actividad de las ciudades. Pero son imágenes engañosas,
incompletas y, básicamente, una generalidad que no se corresponde. En una
encuesta reciente se revelaba que en España, eso sí, la proporción de
entrevistados que se declaraban felices era del 63% para los núcleos urbanos
mayores de 250.000 habitantes y del 62% para los menores de 5.000 habitantes.
Y, sin embargo, los más felices se encontraban en las ciudades medias, en los
que la proporción de satisfacción era del 73%.
También,
hay estudios que analizan la felicidad española e internacional vinculada a la
crisis. Así, un estudio del Instituto Coca-Cola afirmaba en 2012, en donde
desde luego no se había tocado fondo, que dos de cada tres españoles afirmaban
ser felices (confirmado, sobre todo en los países de la periferia), la mayoría
de estos países estaban en la categoría de felices.
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