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Mostrando entradas de enero, 2025

Los jóvenes, ahora mayores.

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  DE LOS AÑOS CUARENTA DEL PASADO SIGLO. Me estoy refiriendo a ti: José Ramón, José Luis, Turro, Carmina, Lidia, Lola, Mari Pili, Josefina, Nacho, Josemaría, Chano, Mario, Maricarmen, Goro, Chachechu, Conchita, Guillermo, Tere,… y muchos más. Pertenecemos a una generación marcada por los efectos de una dura posguerra civil y el esfuerzo colectivo por construir un futuro mejor. Sobrevivimos a una época de carencias materiales, pero también de grandes esperanzas, en la que nuestra dedicación y sacrificio sembraron las semillas de la sociedad que conocemos hoy. La prosperidad económica que transformó el mundo occidental y que abarrotó las aulas como nunca antes se había visto. Éramos hijos de una era que buscaba respuestas, dejando atrás el tono épico-heroico y la veneración de un pasado de gloria para abrazar una espiritualidad liberadora y una visión más abierta del porvenir. Nuestro objetivo fue romper con los moldes impuestos por generaciones anteriores, y lo conseguimos...

LA CONTINUIDAD DEL PODER, TRAS EL FRANQUISMO,

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  En Valdemorillo se muestra que, la historia puede cambiar sin que nada cambie. Hoy me propongo analizar un fenómeno de sociología política, que ha resistido medio siglo. Ni los partidos democráticos, ni la supuesta regeneración institucional, ni siquiera las denuncias de irregularidades urbanísticas heredadas del antiguo régimen han logrado alterar el equilibrio de poder. Durante la dictadura, los ayuntamientos eran poco más que feudos administrados por concejales y alcaldes afines al régimen. La llegada de la democracia prometía una transformación radical, con jóvenes comprometidos con la modernización y la democratización liderando el cambio. Pero, claro, entre prometer y cumplir hay un mundo de distancia. Los movimientos sociales que aspiraban a protagonizar este cambio, fueron un espejismo, con la amable colaboración de UCD, AP y, más tarde, el PP, que han velado por la continuidad de este legado durante cinco décadas. Las familias que durante el franquismo ostentar...

LA SANIDAD PUBLICA CON LA GRIPE A

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LAS PUERTAS DEL INFIERNO La insuficiencia cardíaca me llevó a urgencias del Ramón y Cajal, pero nunca imaginé que cruzar esas puertas sería el umbral hacia el infierno. Un infierno frío y gris, que se extendía más allá de los muros del hospital, como una cola interminable de almas febriles en pena que aguardaban turno para ser atendidas. El aire era denso, cargado de suspiros y murmullos apagados. Mis piernas, débiles, apenas soportaban el peso de mi cuerpo mientras avanzaba con la ayuda inestimable de mi esposa que afortunadamente me acompaño siempre. Yo no era consciente de lo que me esperaba al otro lado: un espectáculo grotesco que, a cada paso, desnudaba las carencias del sistema sanitario en tiempos de epidemia.   Superar la espera fue solo el principio. Me asignaron un "box", una pequeña sala temporal donde permanecí durante un tiempo indeterminado, el reloj convertido en una sombra inútil en mi mente. Luego me trasladaron a otro espacio compartido, un reducto abarro...