LOS AYUNTAMIENTOS ESTÁN OBLIGADOS A ELABORAR INFORMES DE ZONAS INUNDABLES USANDO LOS MAPAS DE RIESGO DEL MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA
La Ley del Suelo introdujo una medida crucial que no permite legalizar la construcción en terrenos de alto riesgo.
Las inundaciones de Valencia han revelado la gran vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos, destacándose no solo por los graves daños materiales, sino también por el doloroso saldo de vidas perdidas.
La implementación de estas estrategias podría ayudar a contener los desbordes de agua en eventos de lluvias intensas y reducir el riesgo para las comunidades locales. Sin embargo, la falta de avances en algunas de estas obras esenciales ha dejado desprotegidas a varias zonas, poniendo en evidencia la necesidad de priorizar proyectos de infraestructura.
Este tipo de eventos extremos parece ir en aumento, en parte por el cambio climático, que intensifica la frecuencia e intensidad de las lluvias torrenciales en regiones como la cuenca del Júcar. La situación actual muestra que una gestión proactiva y medidas preventivas son imprescindibles para hacer frente a futuros episodios y proteger tanto a las personas como al entorno construido en estas áreas de alto riesgo.
Si estas medidas ya hubieran sido adoptadas, el impacto podría haber sido menor. En el Plan incluye acciones específicas para la contención y gestión de las aguas en episodios de lluvias intensas, con el fin de reducir riesgos de inundaciones. Sin embargo, la demora en su implementación ha dejado desprotegidas a varias áreas vulnerables, mostrando la necesidad de priorizar estas obras de infraestructura y de revisar la capacidad de respuesta frente a situaciones similares en el futuro. La magnitud de esta catástrofe llama a reflexionar no solo sobre la adaptación de infraestructuras, sino también sobre la preparación y educación de la población en zonas de alto riesgo para minimizar los efectos de futuros eventos extremos.
En España, muchas viviendas están situadas en zonas cercanas a áreas inundables, un peligro ante posibles crecidas o avenidas de agua, sobre todo en periodos de lluvias intensas. El Ministerio para la Transición Ecológica ha puesto a disposición de los ciudadanos mapas de riesgo de inundación, que son herramientas esenciales para identificar el nivel de riesgo de cada zona. Estos mapas permiten verificar si una vivienda se encuentra en una zona inundable.
El riesgo de inundaciones tiene raíces en el desorden urbanístico que comenzó en los años 60, cuando el crecimiento urbano no tenía muchas restricciones y permitía construcciones en áreas inundables. Durante décadas, esta falta de regulación llevó a que numerosas viviendas se asentaran en terrenos como ramblas y barrancos, zonas naturales de evacuación de aguas en momentos de crecidas, reduciendo así el espacio necesario para que los ríos puedan desbordarse sin afectar áreas urbanizadas. El Real Decreto Legislativo 7/2015 de 30 de octubre por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Suelo y rehabilitación urbana. introdujo que los ayuntamientos quedan obligados a elaborar informes de posible inundación usando mapas de riesgo y declarar zonas identificadas con peligro. Esto ha hecho que actualmente sea prácticamente imposible legalizar la construcción en estos terrenos de alto riesgo.
Sin embargo, los efectos del desorden urbanístico previo aún persisten, pues muchas viviendas ya se encuentran en zonas críticas. Estos asentamientos previos limitan la capacidad natural de los ríos para drenar el exceso de agua, exacerbando las inundaciones en periodos de lluvias fuertes. Esto destaca la necesidad de adoptar medidas de mitigación que permitan restaurar o proteger ciertas zonas inundables y buscar soluciones para las viviendas en riesgo.
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Cuando la compasión y la empatía se colocan por encima de divisiones ideológicas o intereses personales, podemos construir sociedades más fuertes y resilientes. Situaciones difíciles, como lo ocurrido en Valencia, deberían recordarnos el valor de la unión humana más allá de las diferencias y hacernos ver que, si no aprendemos de estas experiencias, estamos destinados a repetir errores dolorosos.
ResponderEliminarEs muy fácil que las ideologías, en teoría, concebidas para el bien común, se desvíen por intereses particulares. Pero cuando priorizamos la solidaridad y el apoyo mutuo, construimos un cimiento más sólido para enfrentar futuros desafíos, como comunidad y como sociedad.
los ideales de una democracia representativa se desvirtúan ante la falta de responsabilidad y transparencia en el ejercicio del poder. En una democracia verdadera, los políticos deberían estar al servicio de la ciudadanía, y sus responsabilidades deben estar claras y bien asumidas, especialmente en situaciones tan trágicas como la de Valencia
Cuando los líderes y partidos se desvían de su papel fundamental y priorizan intereses propios por encima del bien común, traicionan los principios democráticos que en teoría deberían defender. Las dimisiones en casos de negligencia no solo son un acto de responsabilidad, sino también de respeto hacia las víctimas y sus familias, y una forma de restaurar la confianza pública. Es crucial que los partidos y sus representantes asuman su papel como voces de la sociedad, no como sus beneficiarios, y que actúen con la transparencia, empatía y responsabilidad que una democracia real demanda.
Siento frustración q por el estado actual de las cosas, y si no fuera tan mayor, exigiría cambios para recordar a los políticos que, en última instancia, su rol es representar y proteger a la ciudadanía, no servirse de ella.