viernes, 30 de septiembre de 2016

PAZ A HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD



LOS PRIMEROS CRISTIANOS TOMARON PARTIDO POR LOS POBRES.

Las creencias no tienen por qué exhibirse, sí testimoniarse en una manera de enfocar la vida y el mundo desde una perspectiva diferente,  trabajando por la Paz en busca de la Justicia y la Igualdad de los hombres y mujeres.

Antes de la existencia del proletariado moderno, antes de que las condiciones para la superación de la sociedad de clases fueran surgiendo en el modo de producción capitalista, los deseos de los marginados debían fundamentare en teorías utópicas basadas en la buena voluntad

En el momento que vivimos no es fácil la utopía, menos entender que existan personas pertenecientes al mundo intelectual que sigan sintiéndose cristianas o entendiendo que la figura de Jesús representa algo en la España del siglo XXI. Desde luego las creencias no tienen por qué exhibirse, pero sí testimoniarse en una manera de enfocar la vida y el mundo desde una perspectiva diferente: trabajando por la Paz en busca de la justicia y la igualdad de los hombres y mujeres. Una forma de vida tendente a ofrecer la mejor imagen de nuestra realidad como personas en un mundo totalmente materializado y falto de valores. Ese es el testimonio que pretende el nuevo Papa Francisco con verdaderos esfuerzos. 

Los primeros cristianos combatían por la liberación del pueblo judío vinculando su obra con la abolición de los privilegios de clase dominante. El cristianismo no era judío como los zelotes, pertenecían a un movimiento entroncado en el proletariado romano que agrupaba a diversos sectores marginados como: enfermos pobres, prostitutas, esclavos, campesinos.
Si para muchas personas no creyentes puede haber dudas sobre la existencia histórica de Jesús, lo que no se puede dudar es que el movimiento cristiano existió ya que existe documentación histórica que lo demuestra. El propio Jesús andaba entre los pobres y desposeídos y atacaba a los ricos insolidarios con la causa de los pobres. Él mismo en Jerusalén, abordó a los prestamistas del templo y dijo que sería más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico entrara en el Reino de Dios. (Lucas, 18-24). Los primeros cristianos tomaron partido por los pobres contra los ricos y poderosos. Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno". (Hechos de los Apóstoles, 2-42). 

Con la caída de Jerusalén, el cristianismo revolucionario sufrió un duro golpe y el Estado romano fue pervirtiendo al movimiento cristiano. Ante la imposibilidad de derrotar a los cristianos con represión, la clase dominante cambió de táctica y el emperador Constantino consiguió transformar a las capas superiores de la iglesia en el concilio de Nicea del año 325 d. C, que estuvo presidido por el propio emperador "como mensajero de Dios". Todo un hecho que la historia marcó a la mayor parte del poder cristiano en clase privilegiada siempre próxima al poder.

En este momento sociopolítico el nuevo cristianismo debe tender hacia la construcción de una sociedad diferente, más solidaria y justa, menos materialista. Que el Mensaje Evangélico signifique algo real y que toda la estructura eclesial se ponga de parte de los millones de personas que pasan hambre en el mundo, que sufren guerras injustas y que se sienten marginados. Posiblemente, esta puede ser la causa fundamental por la que muchos cristianos optaron por posicionarse políticamente en estructuras de la izquierda sociológica. Estoy ansioso por escapar de los límites de antaño, no deseo huir de la experiencia que obligó a las personas a través del tiempo hasta el día de hoy a manifestar su Fe en la Palabra, con una Iglesia liberadora y consecuente con el Mensaje Evangélico. La iglesia de todos, pero muy especialmente de los millones de personas que sufren directamente de injusticia.

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con tu escrito. Ojalá hoy seamos capaces de vivir igual.

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  2. Fermin Fernandez Bobadilla30 de septiembre de 2016, 18:00

    Esa es precisamente la Teología de a Liberación o corriente teológica cristiana integrada por varias vertientes católicas y protestantes, nacida en América Latina tras la aparición de las Comunidades Eclesiales de Base, el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968), que se caracteriza por considerar que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres y por recurrir a las ciencias humanas y sociales para definir las formas en que debe realizarse la opción.

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  3. Totalmnte de acuerdo, Jesús y como ves Francisco I, cada día hace todo lo posible para acercar la Iglesiaa la realidad social actual.

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