La lectura de los manifiestos de Podemos
NECESITAMOS
UNA CANDIDATURA QUE EXPRESE NUEVAS FORMAS POLÍTICAS.
Los
veteranos creemos todavía en los partidos políticos, quizás porque tras echar
un vistazo al mundo no imaginamos otra manera mejor de articular la
convivencia. Cuanto menor sea el apego al poder de sus dirigentes, más
saludable será la democracia.
Por otra parte también, es legítimo
que la sociedad civil se organice y canalice sus demandas como considere
oportuno, pero resultará difícil que algo de lo pretendido prospere si no
existe un partido que lo impulse, ya sea de los existentes o de nueva creación.
No hacerlo así suele generar mucha frustración, porque hay años en los que
tampoco se hace la revolución y el entusiasmo se torna hastío.
Algunos veteranos que en nuestra
bisoñez contribuimos al salto generacional a la democracia, observamos con
simpatía el devenir de la plataforma de Pablo Iglesias y queremos confiar en
que el experimento no sea un nuevo ejercicio de autodestrucción de la
izquierda. A priori, sería muy retorcido suponer que todo obedezca a una
batalla de egos sobre caudalosos ríos de desbordante vanidad.
De la lectura de los manifiestos de
Podemos extraemos algunas conclusiones. La fundamental es que su esbozo de
programa para las elecciones europeas encaja como un guante en el programa de
IU, salvo quizás por esta coletilla: “Necesitamos una candidatura unitaria y de
ruptura, encabezada por personas que expresen nuevas formas de relacionarse con
la política y que suponga una amenaza real para el régimen bipartidista del PP
y PSOE”. ¿Quiénes son esas personas? ¿Qué se entiende por “nuevas formas de
relacionarse con la política”? Ahí está lógicamente la madre del cordero.
Parecen hasta comprensibles las
reticencias de IU que, por si alguien no lo recuerda, representa en estos
momentos a cerca de 1,7 millones de electores, aunque sus dirigentes sigan
estudiando el manual de las nuevas formas de relacionarse con la política y
sólo hayan llegado al capítulo de integrar dando puestos en las listas.
Salvo arreglo de última hora, veremos
competir a Podemos contra IU y habrá que esperar a los resultados para saber si
estamos ante el embrión de una nueva formación política con un flamante líder
al frente o ante una moda pasajera. Esta forma de unión de la izquierda
dividiéndola primero es realmente revolucionaria.
1.-Desde mi retiro
Izquierda Unida procedente de esa izquierda que en la década de 1980 abrazó el eurocomunismo no ha sabido conectar con las inquietudes sociales del pueblo en los últimos años, motivo por el que podría acabar barrida por Podemos. Sin embargo no creo que tal cosa ocurra porque en el seno de Izquierda Unida hay políticos jóvenes, como Alberto Garzón, que entienden que es necesario un reemplazo en la dirección del partido y que las alianzas con otros grupos de izquierda son revitalizadoras. Hemos de asistir, o al menos así me gustaría a mi, a la creación de una coalición de izquierda radical similar a la griega syriza. Algo que llenaría de esperanzas a muchos españoles cara a las próximas elecciones municipales y generales, que empezamos a recobrar la fe en la política como herramienta para el bien social y no negocio de unos pocos para su lucro personal
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