El programa Salvados como telón de fondo



LAS TARIFAS ELÉCTRICAS SUBEN SIN MOTIVO APARENTE 

Las compañías eléctricas tuvieron unos beneficios de 50.000 millones de euros en los últimos diez años. La Constitución española, autoriza al Estado a “reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio. Nuestro sistema nos permite producir el doble de energía de la que somos capaces de consumir
Las tarifas suben sin cesar y sin ningún motivo aparente. Digo aparente porque nuestro sistema nos permite producir el doble de energía de la que somos capaces de consumir; a los hechos me remito. Por el mismo motivo tampoco se entiende que se siguen instalando en nuestro país nuevas centrales de producción eléctrica, sean del tipo que sean, pues estamos sobre abastecidos.

El periodista, Jordi Évole, consiguió en su programa Salvados resumir el drama y estafa de la energía con dos afirmaciones de sus entrevistados: Las compañías eléctricas tuvieron unos beneficios de 50.000 millones de euros en los últimos diez años. Y La energía eléctrica es un producto ‘como otro cualquiera’, según confirmó el  Sr Montes, presidente de la patronal eléctrica, y por tanto ‘no hay por qué revisar y controlar sus costes, al igual que no se controlan los de los distintos modelos de coches o de latas de sardinas’.
En el título VII en su artículo 128.2 La Constitución española, autoriza al Estado a “reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.” Sobre este particular formulo las preguntas siguientes: ¿Constituye la energía eléctrica un servicio esencial y de interés general? ¿Algún Gobierno ha cumplido o cumple con este mandato? No es una tendencia o una incitación genérica, como pueda ser el también reconocido derecho a una vivienda, de imposible cumplimiento al completo. Ya tuvimos una compañía pública con Endesa, actualmente propiedad de la italiana ENEL, que fue fundada por el extinto Instituto Nacional de Industria el 18 de noviembre de 1944 bajo el nombre de Empresa Nacional de Electricidad, S.A. con el objetivo de controlar mediante una empresa pública un sector considerado estratégico.
Por tanto yo votaré a quien lleve en su programa que lo hará. Con una promesa clara y concisa, sin que sea secundaria o pospuesta para momento ulterior, como hacen quienes se declaran republicanos al tiempo que anuncian que están conformes con la monarquía actual. Votaré a quien de modo inmediato y rotundo solucione este crimen social de la pobreza energética. Sin más. Y no entenderé cómo puede haber quienes voten a otras opciones. La energía es la sangre de nuestras vidas y de nuestra convivencia.




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