Celebramos un acontecimiento simbólico de un enorme significado
Para todos aquellos que a pesar de la que está cayendo creemos en
su cariño y amistad.
Me agarró la mano cuando más lo necesitaba. y fueron muchas veces, diría que demasiadas. Me enseñó a sonreír y agradecer por las pequeñas cosas. Me enseñó a llorar con fuerzas y saltar. Me enseñó a despertarme saludando al sol y a acostarme con la mente tranquila. A caminar lento y descalzo.
Me enseñó a abrazar a todos y a saber abrazarme a mí. Me enseñó mucho. Me enseñó a quererme con ganas. A querer al que tengo al lado y, de cuando en cuando, a estirarle la mano. Me enseñó que siempre me está hablando en lo cotidiano, en lo sencillo, a manera de mensajes y que, para escucharlo, tengo que tener abierto el corazón.
Me enseñó que unas gracias o un perdón lo pueden cambiar todo. Me enseñó que la fuerza más grande es el amor y que lo contrario al amor es el miedo. Me enseñó cuánto me ama a través de mil detalles.
Me enseñó que los milagros existen. Me enseñó que, si no perdono, soy yo el que se queda prisionero, y para perdonar primero tengo que perdonarme.
Me enseñó que no siempre se recibe bien por bien pero que actúe a pesar de todo.
Me enseñó a confiar en mí y a levantar la voz frente a la injusticia. Me enseñó a buscarlo dentro y no fuera.
Me deja que me aleje, sin enojarse. Que salga a conocer la vida. A equivocarme y aprender. Y a volver, porque siempre me recibirá con los brazos abiertos, dispuesto a perdonarme y a consolarme en mis desconsuelos.
Y ahora en 2021 con la madurez a mis espaldas me sigue cuidando y esperando.
Me enseñó que solo vengo por un tiempo, y solo ocupo un lugar pequeño. Y me pidió que sea feliz y viva en paz, que me esfuerce cada día en ser mejor y en compartir mi luz conociendo mi sombra, que disfrute, que ría, que valore, y que él SIEMPRE va a estar en mí…que, aunque dude y tenga miedo confíe, ya que esa es la fe, confiar en Él a pesar de mí....
Se llama como yo.
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