Pensamiento y responsabilidad

domingo, 6 de diciembre de 2020

A los que nacimos en los cuarenta del pasado siglo

 

AHORA, CASI TODOS JUBILADOS.

Pertenecemos a una generación que ha soportado cambios importantes. Una generación que sufrió la dura posguerra y todo un proceso de esfuerzo y trabajo para encontrarnos con una sociedad como la que estamos viviendo ahora.

La bonanza económica del mundo occidental fue colapsado por unos jóvenes que abarrotamos las aulas como nunca antes había sucedido. El tradicional elitismo universitario y académico coexistió con la popularización de la enseñanza. Hasta entonces eran pocos los que teníamos la oportunidad de formarnos, y la mujer estaba claramente discriminada en el sistema educativo.

Desarrollamos una juventud creadora que pretendía olvidar el tono épico-heroico y la alabanza de un pasado, para identificarnos con una espiritualidad liberadora. Debíamos romper los moldes con un proceso generacional anterior y lo logramos, para de esa manera poder identificarnos con un nuevo modo de vida.

Creamos, una nueva cultura adolescente que incluía una  forma de vestir, otro tipo de música y una nueva manera de entender la vida que fue creciendo y compitiendo con fuerza contra la adulta. Fue una época de lo nuevo, de la revolución en la moda. Las faldas de las chicas comenzaron a acortarse y los pantalones vaqueros vestían a la juventud. Importantes estrellas, como Elvis Presley, marcaron el comienzo de una nueva generación.

Nuestra generación, ahora, ya adentrada en el siglo XXI, y muchos de nosotros traspasamos la edad de la jubilación, seguimos desarrollando otro modelo de vida profesional alejada de la que nos habían marcado para la vejez. No nos sentimos "viejos", continuamos con ganas de seguir siendo útiles a la sociedad, disfrutamos con plenitud de cada día sin temor al ocio o a la soledad., porque después de años de trabajo, crianza de hijos, desvelos y sucesos fortuitos bien vale saber seguir disfrutando de la vida.

Con mayor o menor dificultad, pero no negamos a disfrutar de los avances tecnológicos como el ordenador o el móvil para poder seguir en sintonía con la juventud actual. Estamos estrenando una edad que todavía no tiene denominación, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo somos, hoy sin estar plenos físicamente, intelectualmente, recordamos la juventud, pero sin nostalgias. Celebramos la salida del sol de cada día haciendo planes de vida

3 comentarios:

  1. Muy interesante, verídico y emtrañable. Lectura recomendable.

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  2. Realmente fuimos beneficiarios de un importante cambio, pero solo los que pudimos estudiar en la universidad.

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  3. Magnífico artículo que comparto plenamente. Nuestra generación fue rompedora de moldes y la etapa universitaria una delicia de compromisos.

    Conseguimos romper una dictadura larga y algo castrante y nos situamos en una etapa democrática sin traumas y con pactos de grueso calado.

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