PARA LOS BACHILLERES DEL
INFANTA....Y LOS DEMÁS.
Este sábado 28 de septiembre, como en otros años, ha
sido el encuentro del Colegio Infanta María Teresa, con una concurrencia de más
de doscientos compañeros alumnos con edades que superaban los setenta años.
Este
encuentro anual constituye todo un testimonio de experiencia vivencial que
supera al simple compañerismo de infancia-juventud.
Como
cuestión previa, debo aclarar que: cualquier
acción pasada no tiene retorno. Solo pretendo una reflexión que me
pueda permitir escribir algo fundamentado, con datos de partida, sobre la
experiencia de un externo del Infanta. Una usanza sociológicamente interesante para
aquellos internos que estudiaron bachiller y todos aquellos que no lo pudieron
hacer por haber sido mandados a laboral o talleres.
Esta
reflexión se me ocurre debido a que en la tarde del viernes 27, nuestro
compañero Benito López Andrada, presento su libro sobre los niños de altas capacidades y en debate surgió la pregunta que me he hecho
alguna vez: A las altas capacidades puede unirse la brillantez
escolar, sacar buenas notas y, por lo tanto, los profesores lo destaquen
públicamente, lo que genera el rechazo del empollón. La consecuencia más
habitual es que los niños con altas capacidades
sufran fracaso con más frecuencia que la media. En muchos casos,
estas reacciones no consiguen que el resto de niños les vean con otros ojos,
por lo que la situación puede derivar en acoso escolar. Hacer crecer un grado de autoestima, es
complicado, en un ambiente en el que el niño se siente incomprendido en general.
Por ello el apoyo emocional, el cariño y la estabilidad que le ofrezcan los profesores,
es fundamental.
En mi etapa
del Infanta, viví con angustia, cuando compañero era trasladado a laboral o
talleres por no sacar unas notas que estuvieran en sintonía con la clase. Para
un niño con posibilidades para poder estudiar cualquier cosa, esta experiencia podía
constituir una frustración importante
que se extendería a lo largo de su vida. De esta manera los niños que
quedaban en Bachillerato, masivamente sacaban buenas notas en revalida.
Una vez que
se terminaba la reválida de sexto, extrañamente algún alumno interno podría estudiar
“Preu” y una carrera distinta a “Prepa”, magisterio…, bueno, alguno también podría
ir al Banco Ibérico.
Si existía problema
económico de la Asociación, se deberia haber propiciado la matricula gratuita. Ojo,
mi intención con respecto a la Dirección del Infanta no puede ser critica….
porque no serviría de nada.
No quiero
extenderme más si alguno quiere participar en esta reflexión intentare escribir
algo sobre este asunto.
Los últimos 17
años, de los 44 de mi vida técnica, fui Funcionario, Profesor Titular de
Construcciones Arquitectónicas en la Universidad Politécnica de Madrid.
Actualmente soy un jubilado, también Sociólogo y me encanta encontrar
respuestas a mis reflexiones.