jueves, 1 de junio de 2017

Stop a la violencia machista.



Excesivas vidas de mujeres truncadas por un irracional dominio patriarcal. 
El cuerpo de las mujeres ha sido muchas veces maltratado por una supuesta dominación del hombre, los golpes y la muerte se han forjado en la resistencia, en la lucha por el cambio, aunque como es obvio, también en la adaptación. Demasiados asesinos, cómplices que por su acción (la omisión nunca ha existido en materia de violación de derechos humanos) han provocado el mayor lastre moral de la historia humana.

Hoy el azar de la vida me ha situado ante un escenario que me supuso intervenir. Esta mañana junto a la maternidad de O'Donnell: un hombre como de unos sesenta años iba dente de su pareja, mucho más joven, con dos niños pequeños y esperando el tercero. El hombre que caminaba por delante a una cierta distancia se vuelve hacia su pareja y la incrimina de muy mala forma. Yo me situé detrás de la mujer y seguí caminando a su ritmo. A la altura del número 64 de O'Donnell, el hombre vuelve la cabeza sobre la mujer y de muy malos modos vuelve a incriminarla amenazándola. Sin pensármelo dos veces, me acerco a la mujer para preguntarla si necesitaba ayuda. Inmediatamente el hombre me coge por el cuello con la intención de propinarme un puñetazo. Un hombre  joven que circulaba por la calle interviene para evitar el mamporro, mientras los pequeños comienzan a llorar. Busqué una autoridad o persona que quisiera ser testigo de lo ocurrido sin éxito.  Los cuatro tomaron el autobús y se marcharon. Me quede con la rabia contenida y la frustración de no haber conseguido algo más positivo, habida cuenta de los acontecimientos acaecidos sobre mujeres en los últimos días. Por eso me animé a escribir estas líneas. 

La ideología contra las mujeres sigue estando presente en los herederos del fascismo que decían cosas como “si te piropean por la calle no es machismo es un halago” (cuando es acoso) o “si te abren la puerta nos es machismo es educación” (cuando es machismo), junto con el lema general lema “somos distintos, valemos igual”, a través de frases en positivo y que pueden generar confusión, intentan que se filtré el mensaje misógino. Porque lo que esconden esas frases es la abrumante desigualdad que viven las mujeres en esta sociedad, así como el acoso callejero, la violencia de género, desigualdad en el trabajo y otras muchas formas más o menos sutiles de opresión que sufren las mujeres cada día, por el mero hecho de ser mujeres.
El machismo es una forma de fascismo que ha logrado formar parte de la negra cotidianidad, normalizando en tantas ocasiones el horror. Es la primacía de unos sobre otras. Es una cultura que esculpe los cánones estéticos teniendo como referencia un compulsivo apetito de dominio. Hay víctimas porque hay verdugos, mujeres asesinadas porque hay asesinos que matan a sus víctimas y generan un efecto de intimidación sobre otras mujeres. El presupuesto del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en 2017 para la lucha contra la violencia machista ha aumentado 6,5 millones de euros. La dotación final del Gobierno contra la Violencia de Género es de 31,7 millones.
Hacemos frente a una violencia de dominación, a la que podría denominarse terrorismo, sin olvidar que el principio de presunción de inocencia exige esperar a las decisiones judiciales para fijar culpabilidades. Esta sección, centrada en un fragmento de la violencia machista, recoge información aparecida en medios de comunicación relativa a la violencia contra las mujeres ejercida por hombres que han tenido con ellas algún tipo de vínculo personal, resaltando que donde hay víctima hay victimario, para agitar las conciencias de todos nosotros e incitarnos a asumir nuestra responsabilidad en la lucha contra la violencia de género, que comienza por cosas "pequeñas", pero importantes, como no reír ni aceptar en silencio los comentarios y chistes machistas y agresivos contra las mujeres que se emitan en nuestra presencia.
Debido a la acumulación de actos de violencia machista que se han amontonado durante los últimos días, nuevamente me viene a la mente algo que va más allá del respeto a valores, costumbres y creencias que han tolerado prácticas de violencia que según datos de British Council sobre la violencia de género: una de cada cuatro mujeres sufre algún tipo de violencia doméstica, una de cada cuatro mujeres del mundo ha sufrido algún intento de violación. También una cuarta parte de las mujeres son acosadas sexualmente en el trabajo. La violencia no tiene barreras de clase y en la mayoría de los casos se produce cuando existen vínculos afectivos o de parentesco o de autoridad.

El autor es Master en Igualdad de Género por la Universidad Complutense de Madrid.

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