jueves, 25 de mayo de 2017

Una minoría minoritaria gobierna en Valdemorillo



Un equipo de tres partidos que representa a la cuarte parte de la población 

Las pasadas elecciones municipales de hace dos años, dejaron en el pueblo de Valdemorillo, que está situado a pocos kilómetros de Madrid, sumido un panorama kafkiano de desgobierno, con una minoría minoritaria administrando. 

Eso supone que la lista más votada que deberia haber regido, no lo hizo por un pacto entre 5 partidos  con visos de inestabilidad que  pudo formar un gobierno municipal y de esta manera sacar al PP del gobierno municipal que venía haciéndolo desde hacía 20 años. 

El pacto, ahora roto, suponía una mayoría absoluta compuesta por 3+3+1+1+1. Como estaba dentro de lo previsible este pacto se fraccionó, y 3+1 de sus representantes fueron expulsados del gobierno municipal por el otro 3+1+1. Un solo voto supuso que un gobierno en minoría minoritaria, que representa solamente a la cuarta parte de la población del pueblo de Valdemorillo se enrocara para gobernar contra toda lógica de democracia representativa.  

Sin mayoría absoluta, la ley permite a los alcaldables más votados formar gobierno y gobernar. Y con una sola y única votación (los ayuntamientos no son como los parlamentos, donde debe haber una mayoría absoluta para constituirse). Así lo recoge la Ley Orgánica Electoral General que, en su artículo 196,  (Versión vigente desde 02/11/2016) estipula que la lista más votada puede hacerse con la alcaldía aunque sea en minoría. La letra y el espíritu de la norma están muy bien. Pero, ¿cómo puede un alcalde sobrevivir cuatro años sin gozar de mayoría absoluta?. Lo ideal es que se llegue a pactos que garanticen la gobernabilidad y la ausencia de conflictos. Sin embargo, si esto no se produce, la ley de Régimen Local estipula ciertas garantías para que los ayuntamientos puedan seguir funcionando en su día a día, sin verse afectados por esa crispación política.
Así, un alcalde que esté en minoría solo necesita el apoyo de otro grupo que le dé mayoría en una votación del Pleno cuando se trate de aprobar cualquier cosa en beneficio del pueblo. Sin esta posibilidad Valdemorillo puede verse abocado a una parálisis que represente el marasmo en la gestión municipal y un impase indeseable.
  
La falta de una mayoría absoluta no impide, según la legislación actual, la aprobación del presupuesto municipal, uno de los proyectos más importantes de los ayuntamientos, o las ordenanzas fiscales. Ambas cosas pueden sacarse adelante con los votos del partido que haya sacado más sufragios, aunque esté en minoría. 

Si un alcalde está en minoría y la oposición municipal se une para bloquearle la aprobación del presupuesto, uno de los proyectos más importantes de los ayuntamientos, la ley permite al alcalde plantear una cuestión de confianza a sus adversarios. Así, la oposición deberá aprobar el presupuesto.

Pero en Valdemorillo casualmente la correlación de fuerzas actual en la oposición es de: 5+3+1+1+1 frente a 3+1+1 del gobierno municipal y la posible moción de censura es democráticamente posible pero políticamente quimérica con lo cual el ayuntamiento de Valdemorillo estará sometido a desgobierno sin posible alternativa legal. 

El nuevo marco municipal permite que un gobierno en minoría apruebe, al menos, dos presupuestos en el mandato sin el concurso de la oposición. De hecho, al tener poderes ejecutivos sobre los planes de saneamiento puede condicionar las subidas de las ordenanzas fiscales. Y en política controlar el dinero es controlar la gestión que se hace de los principales programas de la institución.

Las decisiones más relevantes ya no se toman en el Pleno sino en la Junta de Gobierno Local que se ha convertido en el principal órgano de gestión. Allí se adoptan las determinaciones relativas a las principales decisiones que afectan a la gestión municipal. De hecho, el Pleno ha quedado como un órgano de deliberación política que, sin embargo, mantiene poderes directos sobre las gestiones dedicadas, por ejemplo, al urbanismo o a la cesión de los bienes públicos. Este ayuntamiento estaba pendiente de un Plan General de Urbanismo que con este panorama va resultar de imposible consenso.

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