lunes, 9 de marzo de 2015

LA MISMA QUE VISTE Y CALZA



EL PARTIDO POPULAR Y DOÑA ESPERANZA
¿Cómo se encontrará el partido Popular para que la “number one candidata popular a la Alcaldía de Madrid sea nuevamente ella? Esperanza, la misma que viste y calza, la más chula que un ocho, la misma que burló de los agentes de movilidad de la villa que ahora pretende administrar.
¿Cómo se encontrará Rajoy para que su mejor baza para la Alcaldía de la capital sea la que se ha convertido en el epicentro de la corrupción del PP en la Comunidad de Madrid?
Los colaboradores nombrados digitalmente por ella, los más cercanos, estén en la cárcel o imputados. Además, para los que tenemos memoria, ella misma propicio el “Tamayazo” en 2003. Un delito que para cuando se le quiso meter mano había prescrito, aunque todo el mal cometido durante una legislatura que no debía de haberle correspondido aún perdura entre los madrileños. Y con todo, Rajoy no tiene más remedio, y pese a su interés, que apostar por Aguirre. No es que quiera, es que lo ve como un mal necesario. Todo apunta a que el PP va a perder muchos escaños, tantos que en algunos casos ha dado igual la designación del candidato porque se sabe que perderá.
Estaba cantado que Rajoy no quería, bajo ningún pretexto, entregar Madrid a los partidarios de Esperanza Aguirre. Lo tenía clarísimo… y ahí es donde encaja Cristina Cifuentes, aunque su sentimiento republicano o su postura contra Gallardón en la reforma del aborto levante ciertas suspicacias entre la derecha… Asperezas que se liman cuando uno ve cómo a la delegada de Gobierno no le tiembla la mano a la hora de sugerir el derecho de manifestación o que, de hecho, violente el de reunión.
Por tanto Rajoy ha demorado su decisión a pesar de tenerlo tan claro, aunque Ignacio González, de poca talla política y táctica, no lo haya querido ver y se haya revuelto inventando una trama que, se coja por donde se coja, le deshonra. Esperanza Aguirre, la misma que desde que se retiró de la primera línea política ha estado más que nunca en la vanguardia, también lo sabía. Lo tenía clarísimo. Poniendo de pareja a Cifuentes, Rajoy ha lanzado un nuevo envite: “pidiendo su renuncia a la futura presidencia del PP Madrid”. Buena jugada del gallego, porque si de puertas para fuera Madrid lleva siendo dominio del PP desde hace muchos años, de puertas para dentro el PP de Madrid no está bajo el control directo de Génova. Algo que Rajoy quería cambiar a toda costa, colocando a dedazo a algunos de sus agradecidos delfines. Y ante esa jugada, lejos de achantarse, Aguirre responde con un órdago que Rajoy se ha comido de mala gana.
Esperanza, la misma que viste y calza, no solo mantiene la Presidencia del PP, matizando que dejaba la Presidencia SI GANABA LA ALCALDÍA. Rajoy pierde… porque ni siquiera su victoria con Cifuentes tiene ni mérito ni peso suficiente para hacer frente a la sexagenaria Esperanza, y a Rajoy le saldría bastante caro que Aguirre se marchara sabiendo  que Aguirre tiene bastante tirón electoral (entre los suyos claro; yo jamás la votaría, ni a ella, ni a nadie del PP). Si Aguirre se marchara rebotada del PP, Rajoy tendría un problema añadido: una competidora capaz de restarle votos al ya muy depauperado PP.
Aguirre, si algo ha demostrado en los últimos años es que tiene un alma mandona muy del gusto de Génova, hasta el punto de haberse convertido en un símbolo de poder para los más conservadores, sin embargo la nueva joven derecha española apuesta por opciones políticas como la encabezada por Ciudadanos que está pisando fuerte y apostando por personas que no han tenido nada que ver con la realidad política en los últimos años.

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