Emergencia para toda la humanidad
SOLIDARIDAD PARA CONTROLAR EL ÉBOLA
El colectivo Internacional, como casi siempre, ha
prometido 780 millones de euros para controlar la pandemia del ébola, pero los
donantes internacionales tan solo han aportado la mitad de lo ofrecido sabiendo
o debiendo saber que la situación actual es crítica.
También
hay ricos que del mismo modo han hecho donaciones, quizá el caso más destacado
sea el de Bill Gates, quien ha dedicado 35 millones de euros, el 0,04% de su
riqueza. Seguro de que muchos donantes anónimos han aportado más dinero a la
lucha contra el ébola en valores relativos a su riqueza que Gates. Sin embargo,
el hombre más rico del planeta ha dedicado mucho más que España, cuyo medio
millón de euros supone el 0,0001% de sus recursos.
USA
ha prometido que enviará soldados a la zona, habrá que ver si además de
soldados son profesionales sanitarios, sin embargo Cuba la pequeña isla caribeña
ya tiene sobre el terreno 265 médicos y enfermeros, a los que se sumarán 200
más en las próximas fechas. El PIB de Cuba es considerablemente menor que toda
la fortuna de Bill Gates.
Son
muchos los países que han asegurado su implicación para ayudar a controlar esta
emergencia para el continente africano y para toda la humanidad si no se ponen
las medidas adecuadas a esta realidad, pero sobre el terreno no se les ve
trabajar y centran sus esfuerzos en que el virus no llegue a sus fronteras. La
solidaridad no entra en los parámetros de la política, solo se reacciona cuando
puede afectar tus mismos intereses. Y sí, ya sabíamos que esto era así pero los
eventos de los últimos meses vuelven a confirmar la enorme diferencia entre las
premeditadamente cínicas e hipócritas decisiones políticas y los sentimientos y
precedencias de las personas normales y corrientes.
Entra
en el campo del sentido común que exista cierta correlación entre la proximidad
de la amenaza y la reacción para tratar de solucionar el problema, pero lo que
es inconcebible es que no se reaccione con contundencia y determinación frente
a una de las amenazas a la seguridad más relevantes de los últimos años y que
no requiere más que recursos sobre el terreno. En último lugar, hay que
denunciar que tampoco se dice que en los países con mayor presencia de casos de
ébola, la emergencia sanitaria es de magnitudes difíciles de imaginar desde el
momento en que no hay hospitales para atender a las personas afectadas de
tantas otras enfermedades de pobres que matan más que el ébola. La respuesta a
esta crisis humanitaria no se debe centrar únicamente en los enfermos de este
terrible virus, sino en los casos que cada día se llevan la vida de miles niños
por hambre, malnutrición, diarreas, paludismo y tantas otras enfermedades de
fácil cura, que como no pueden atravesar nuestras fronteras, no son
prioritarias. Esto demuestra un abismo infranqueable entre dos mundos.
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