En España hay tres millones de personas que viven con menos de 307 euros al mes
NOS EMPOBRECEN, ROBAN Y ESCLAVIZAN
El poder económico usa de todas las armas a su
alcance, si es preciso amañando las estadísticas, para mostrarnos un panorama
falso.
Se da un fenómeno nuevo y es el que
tiene trabajo y es pobre porque con las bajadas de los salarios bajos, “la
pobreza se ha disociado del empleo”.
En España hay tres millones de
personas que viven con menos de 307 euros al mes, el doble que en 2007 justo
antes del inicio de la crisis, según datos del último informe de Cáritas. La
pobreza se convierte en severa y crónica: dos millones de mujeres y hombres
llevan más de dos años en paro y 3,5 más de uno. Según la organización, del
total de personas que atienden una de cada tres pide ayuda desde hace más de
tres años. Cifras que desgarran.
Nos escriben que las actuales medidas
de salida a la crisis generan empleo. Sin embargo, los datos contradicen dichas
afirmaciones. Entre los años 2007 y 2013, cada semana 13 mil personas perdieron
su trabajo en el Estado español, según datos de la OCDE, la mayor tasa de
destrucción de empleo en toda Europa. Un triste récord que se suma al de la
caída de ingresos en los hogares, 2.600 euros menos por persona, entre 2008 y
2012, una de las más fuertes del continente.
La pobreza, que arrasa con nuestras
vidas y nuestro futuro, no tiene nada de natural. Los números así lo indican.
El empobrecimiento no es patrimonio de un país o unos pueblos, sino, según la
sagrada doctrina del capital, de una determinada clase social. En España, el
10% más pobre ha visto disminuir sus un 14% anual, la media de empobrecimiento
de este sector en Europa se sitúa en un 2% al año; mientras, los ingresos del
10% más rico aumentaron un 1%, según la OCDE. Haciendo cuentas, el Estado
español se ha convertido en el país donde la brecha entre pobres y ricos es
mayor, a la cabeza de las desigualdades en Europa.
Ante tanta injusticia, las calles
deberían estar “en llamas”. Sin embargo, nos inoculan el miedo, el
escepticismo, la apatía. El número de suicidios, aunque a menudo se quiera
silenciar, aumenta. En 2012, las muertes por lesiones auto infligidas creció un
11,3% respecto al año anterior, superando la cifra más elevada de muertes por
suicidio de 2004, y siendo la primera causa externa de mortalidad, según el Instituto
Nacional de Estadística. De aquí, que la recuperación de la dignidad, el “sí se
puede”, por el que luchan los imprescindibles de las Marchas de la Dignidad, y
tantos otros, sea tan importante. O resignación o rebeldía, o muerte o vida,
ésta es la cuestión.
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