lunes, 9 de septiembre de 2013

Bienaventurados los pobres



CONGRESO DE TEOLOGÍA. 2013
LEMA: LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN HOY
El jueves pasado comenzó en el auditorio de Comisiones Obreras el 33 Congreso de Teología. 
Sí efectivamente, en el local de Comisiones, porque la Conferencia Episcopal no posibilitaba otro recinto para reunir a  aquellos cristianos que apoyamos la Teología de la Liberación.  Pese a los nuevos aires renovadores del cristianismo romano, propiciados por el papa Francisco, los teólogos convocados entre jueves y domingo en número que superó el millar, reflexionamos sobre si aquí y ahora, de lo que es capaz de asumir la Iglesia institucional de la Teología de la Liberación, a pesar de los numerosos gestos que el pontífice Francisco está dando en palabras, actitudes. Una Teología de la Liberación que hace de la opción por los pobres su imperativo categórico no es fácilmente asumible, al menos por el momento, por la IGLESIA INSTITUCIONAL por el lugar social en el que se ubica.
Bienaventurados los pobres
El pensamiento político conservador de la iglesia tradicional coincide en el veredicto sobre que la Teología de la Liberación que debe ser condenada, ya ha diagnosticado al unísono su muerte, e incluso su entierro y sus funerales. Pero su veredicto y su diagnóstico responden a los intereses que defienden el neoliberalismo político y económico y un neoconservadurismo religioso  contrapuestos a la esencia misma del espíritu de la Teología de la Liberación. Que lleva a cabo una revolución en la metodología teológica, a partir del análisis de la realidad desde una visión de fe, una interpretación liberadora del cristianismo. Mientras que la teología tradicional parte del dogma y tiende a una lectura fundamentalista de los textos sagrados. Se guía por el principio ético-evangélico de la opción por los pobres defendiendo un universalismo abstracto del amor que se traduce en prácticas "caritativas" de carácter benéfico asistencial y reproduce la organización jerárquica piramidal.
El tradicionalismo católico busca por todos los medios cómo echar por tierra la Teología de la Liberación porque les resulta incómoda. Sin embargo, no lo consiguen. Cuarenta años después de su nacimiento, sigue viva y activa. Y hoy más que nunca, cuando se ensanchan las franjas de la pobreza estructural, de la miseria intercontinental, de la marginación social, de la exclusión cultural, de la discriminación sexista y del neo-colonialismo, puede florecer un nuevo mañana.
La actual teología de la liberación como apunta J.J.Tamayo, no se queda en la foto fija de la década de los setenta. Es contextual, procesual, de la calle, no de la sacristía, del pueblo, no de las elites, de la tierra. Se reformula en los nuevos procesos de liberación en sintonía con los sujetos emergentes de transformación social: mujeres discriminadas que se empoderan y toman conciencia de su potencial revolucionario; culturas antes destruidas que reivindican su identidad abierta a otras identidades; comunidades indígenas que reclaman sus cosmovisiones autóctonas no sometidas a la colonización occidental; colectivos que reclaman su derecho al libre ejercicio de su sexualidad sin la presión y condena de la moral homófoba; comunidades campesinas que se movilizan contra los Tratados de Libre Comercio; jóvenes indignados a quienes se les niega el presente y se les roba el futuro; naturaleza depredada que sufre, grita y se rebela; comunidades afro descendientes que se rebelan contra el régimen de apartheid que les sigue imponiendo Occidente, etc.
El papa Francisco en poco menos de medio año al frente de la Iglesia católica: renuncia a vivir en el Vaticano, invita a los jóvenes a rebelarse e indignarse, defensa de los derechos de los inmigrantes sin papeles, visita a las favelas en su viaje a Brasil, de los sacerdotes y obispos instalados en el conformismo, denuncia crítica del capitalismo, defensa de una Iglesia pobre y de los pobres, austeridad de vida, etc. Así lo creen importantes sectores religiosos y laicos, incluidos los progresistas y hasta algunos teólogos de la liberación.
El Vaticano ha anunciado que la primera encíclica escrita en solitario por el papa Francisco se titulará Beati pauperes (Bienaventurados los pobres), y que se publicará probablemente antes de navidad. ¿Es un paso más del supuesto acercamiento o, al menos, comprensión, del Vaticano hacia la teología de la liberación, la corriente del pensamiento cristiano perseguida y execrada por los papas anteriores?

3 comentarios:

  1. 33 Congreso de Teología13 de septiembre de 2013, 13:17

    La teología de la Liberación, hoy
    Este es el mensaje aprobado por el 33 Congreso de Teología celebrado en Madrid:
    “Del 5 al 8 de septiembre hemos celebrado en Madrid el 33 Congreso de Teología sobre “La teología de la Liberación, hoy”, que ha reunido a mil personas procedentes de los diferentes países y continentes en un clima de reflexión, convivencia fraterno-sororal y diálogo interreligioso, intercultural e interétnico.
    1. Vivimos en mundo gravemente enfermo, injusto y cruel, en el que la riqueza se concentra cada vez más en menos manos y crecen las desigualdades y la pobreza. Entre 40.000 y 50.000 personas mueren al día por hambre y guerras, cuando existen recursos suficientes para alimentar al doble de la población mundial. El problema no es, por tanto, la escasez, sino la competitividad, la acumulación desmesurada y la injusta distribución, generadas por el modelo neoliberal. Los gobernantes dejan que gobiernen los poderes financieros y la democracia no ha llegado a la economía. La crisis europea actual tiene como efecto el desmantelamiento de la democracia.
    2. La crisis económica se ha convertido en una crisis de los derechos humanos. Los llamados eufemísticamente “recortes” en educación y salud son, en realidad, violaciones sistemáticas de los derechos individuales, sociales y políticos, que habíamos conseguido con tanto esfuerzo a lo largo de los siglos precedentes.
    3. Pero esta situación no es fatal, ni natural, ni responde a la voluntad divina. Se pueden romper las inercias cambiando nuestro modo de vivir, de producir, de consumir, de gobernar, de legislar y de hacer justicia y buscando modelos alternativos de desarrollo en la dirección que proponen y practican no pocas organizaciones hoy en el mundo
    4. Estos días hemos escuchado los testimonios y las voces plurales de las diferentes teologías de la liberación, que se cultivan en todos los continente y que intentan colaborar en la respuesta a los más graves problemas de la humanidad antes descritos: en América Latina, en sintonía con el nuevo escenario político y religioso y con las experiencias del socialismo del siglo XXI; en Asia, en diálogo con las cosmovisiones orientales, descubriendo en ellas su dimensión liberadora, en África, en comunicación con las religiones y culturas originarias, en busca de las fuentes de la vida en la naturaleza.
    5. Hemos comprobado que la teología de la liberación sigue viva y activa frente a los intentos del pensamiento conservador y de la teología tradicional de condenarla y darla por muerta. La TL es histórica y contextual y se reformula en los nuevos procesos de liberación a través de los sujetos emergentes de transformación: mujeres discriminadas que toman conciencia de su potencial revolucionario; culturas otrora destruidas que reivindican su identidad; comunidades campesinas que se movilizan contra los Tratados de Libre Comercio; jóvenes indignados, a quienes se les niega el presente y se les cierra las puertas del futuro; naturaleza depredada, que grita, sufre, se rebela y exige respeto; migrantes maltratados que luchan por mejores condiciones de vida, religiones indígenas y afrodescendientes que renacen tras siglos de silenciamiento.
    6. La TL es teología de la vida, que defiende con especial intensidad la vida más amenazada, la de los empobrecidos, que mueren antes de tiempo. Hace realidad las palabras de Jesús de Nazaret: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Llama a descubrir a Dios en los excluidos y crucificados de la tierra: esa es la misión fundamental de las Iglesias cristianas, de la que han estado muy alejadas

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  2. 33 Congreso de Teología 213 de septiembre de 2013, 13:19

    7. Los reformadores religiosos han abierto y siguen abriendo caminos de compasión y liberación integral, que deben traducirse política, social y económicamente en cada momento histórico, de manera especial Siddharta Gautama el Buda y Jesús de Nazaret el Cristo (tema de la última conferencia del Congreso.
    8. Denunciamos la falta de ética en las políticas gubernamentales que presentan los recortes como reformas necesarias para la recuperación económica. Nuestra denuncia se extiende a los bancos, las multinacionales y los poderes financieros como verdaderos causantes de la actual crisis en connivencia con los gobiernos que lo permiten. Optamos por otro modelo económico cuyos criterios sean el principio del bien común, la defensa de los bienes de la tierra, la justicia social y el compartir comunitario.
    9. Denunciamos el uso de la violencia, el militarismo, el armamentismo y la guerra como formas irracionales y destructivas de solución de los conflictos locales e internacionales, a veces justificados religiosamente. Optamos por un mundo en paz, sin armas, donde los conflictos se resuelvan por la vía del diálogo y la negociación política. Apoyamos todas las iniciativas pacíficas que vayan en esa dirección, como la jornada de ayuno y oración propuesta por el papa Francisco. Rechazamos la teología de la guerra justa y nos comprometemos a elaborar una teología de la paz.
    10. Denunciamos el racismo y la xenofobia, que se manifiesta de manera especial en las leyes discriminatorias, en la negación de los derechos de los inmigrantes, en el trato vejatorio a que son sometidos por las autoridades y en la falta de respeto a su estilo de vida, cultura, lengua y costumbres. Optamos por un mundo sin fronteras guiado por la solidaridad, la hospitalidad, el reconocimiento de los derechos humanos sin discriminación alguna y de la ciudadanía-mundo frente a la ciudadanía restrictiva vinculada a la pertenencia a una nación.

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  3. 33 Congreso de Teología 313 de septiembre de 2013, 13:26

    11. Denunciamos la negación de los derechos sexuales y reproductivos y la sistemática violencia contra las mujeres: física, simbólica, religiosa, laboral, ejercida por la alianza de los diferentes poderes: leyes laborales, publicidad, medios de comunicación, gobiernos, empresas, etc. Dicha alianza fomenta y refuerza el patriarcado como sistema de opresión de género. En la discriminación y el maltrato a las mujeres tienen una responsabilidad no pequeña las instituciones religiosas. La teología feminista de la liberación intenta responder a esa situación reconociendo a las mujeres como sujetos políticos, morales, religiosos y teológicos.
    12. Pedimos la inmediata suspensión de las sanciones y la rehabilitación de todas las teólogos y los teólogos represaliados (de quienes han visto sus obras prohibidas, condenadas o sometidas a censura, de quienes han sido expulsados de sus cátedras, de aquellos a quienes se les ha retirado el reconocimiento de “teólogos católicos”, de los suspendidos a divinis, etc.), sobre todo durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que fueron especialmente represivos en cuestiones de teología moral y dogmática, en la mayoría de los casos por su vinculación con la teología de la liberación e incluso por seguir las orientaciones del Concilio Vaticano II. Dicha rehabilitación es exigencia de justicia, condición necesaria de la tan esperada reforma de la Iglesia y prueba de la autenticidad de la misma. Reivindicamos, a su vez, dentro de las Iglesias, el ejercicio de los derechos y libertades de pensamiento, de reunión, de expresión, de cátedra, de publicaciones, no respetados con frecuencia, y el reconocimiento de la opción por l@s pobres como criterio teológico fundamental.
    Con don Pedro Casaldáliga afirmamos que todo es relativo, incluida la teología, y que solo son absolutos Dios, el hambre y la liberación.
    Madrid, 8 de septiembre de 2013”

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