Mañana miércoles 20, comienza el debate sobre el Estado de la Nación, el primero para Mariano Rajoy desde que es presidente, se saltó el anterior, llega justo en un momento crítico para el Gobierno y el Partido Popular.
UN MOMENTO ESPECIALMENTE CRÍTICO PARA LA GESTIÓN
DEMOCRATICA
Al descontento social por los
recortes, unas cifras de desempleo de récord, una economía que continúa en
recesión y el drama de los desahucios en primera línea de la actualidad, se le
añaden todos los escándalos de corrupción que salpican al PP. Rajoy nos mintió
cuando prometió justamente lo contrario de lo que está aconteciendo, la
situación es mucho peor que cuando estaba Zapatero en el gobierno.
El debate llega en un
momento de gran desafección de los ciudadanos hacia los políticos en general y
hacia el PP en particular, agravado tras los últimos casos de corrupción. El
Ejecutivo mantiene que presentará medidas para perseguirla, sin descartar una
reforma del Código Penal para endurecer los castigos, sin embargo, de momento
no ha dado muestras de tener prisa por hacerlo. Los partidos de la oposición
han presentado sus propuestas. Izquierda Unida, por ejemplo, pidió que se
celebrara un Pleno monográfico sobre la corrupción y llegó a presentar una
propuesta de ley que los conservadores no han querido valorar. Mientras tanto
la democracia en España está siendo maltratada .
Escándalos como el de la aparente
contabilidad B que llevaba Luis Bárcenas, ex tesorero del PP durante dos
décadas, los 22 millones de euros que escondía en Suiza y su regularización
gracias a la amnistía fiscal del ministro de Hacienda, Montoro, que coparán el
debate en el Congreso pudiendo eclipsar al resto de temas. Si a esto se le
añade que Rajoy consiguió introducir en el orden del día su comparecencia por
el Consejo de Europa, la agenda de los próximos dos días se verá totalmente
concentrada.
Con esas referencias resulta
complicado que el PP pueda promover su Ley de Transparencia sin que arrecien
las críticas. El texto que presentó el Ejecutivo pretende mejorar el
funcionamiento de las administraciones y someterá a un estrecho control la
gestión de los cargos públicos. La trampa del decreto era que no incluía en
esas medidas transparentes a los partidos políticos, algo que al Presidente del
Gobierno no le quedó más remedio que añadir, tras estallar el caso Bárcenas y
las dudas sobre la financiación del PP.
Por otra parte los
socialistas ahora quieren que los políticos hagan un "striptease
económico" y publiquen todas sus cuentas en internet. Para Cayo Lara,
coordinador federal de Izquierda Unida, el problema de fondo no es cuánto cobran
los políticos sino de dónde procede el dinero que perciben de su partido. En
toda esta marejada los nacionalistas dedicarán algo de su tiempo en exigir al
Gobierno que presente cuanto antes su prometida revisión del sistema
autonómico. Eso, sin olvidar los flecos del debate soberanista y de la
declaración aprobada por el Parlamento catalán también salpicado por su
corrupción, en la que la Abogacía del Estado ya ha visto materia para poder
recurrir al Tribunal Constitucional.
Asimismo y para rematar la
faena, el PP se propuso reducir el déficit y frenar la sangría del paro, algo
que más de un año después de su llegada al poder no sólo no la conseguido sino
que el paro es mucho mayor y la situación se le complica ya que el Ejecutivo de
Rajoy justificó los recortes en todos los ámbitos y la reforma laboral en que
eso conseguiría mejorar la situación.
Dos de los imputados en el 'caso Gürtel' se han acogido a la amnistía fiscal y otros seis han presentado declaraciones complementarias correspondientes a los ejercicios del 2005 al 2009, por un importe de casi 10 millones de euros, según la información que ha remitido la Agencia Tributaria a la Audiencia Nacional.
ResponderEliminarAsí se desprende, además, de la coincidencia caligráfica de parte de esos documentos ofrecidos por El País con otros recientes escritos de Luis Bárcenas. Lo que como poco prueba que esos documentos han sido elaborados por el extesorero del PP, cosa que la secretaria general Cospedal se ha negado a investigar, lo que a su vez constituye un hecho sorprendente y relevante. De igual manera esa coincidencia probaría que dicha documentación solo la han podido filtrar a El País sus dueños: o Luis Bárcenas o el también extesorero Álvaro Lapuerta, cuya caligrafía también habría que investigar.
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